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Desde el siglo pasado, el liderazgo femenino en los cargos de decisión estatal pasó de ser un lejano objetivo a una tangible lucha que, de a poco, gana terreno político. No obstante, lo que inició por la puerta triunfal se ha estancado en una sala de espera, ya que no existe una división equitativa de los cupos de poder.
Ante este panorama, cabe mencionar que persiste cierto recelo hacia la participación política de las mujeres y, cada vez que una militante conquista un cargo de alto poder o se convierte en un referente positivo, el resultado se traduce en una alegría colectiva, producida por el hecho de que sector femenino gane representación. De esta manera, en las recientes elecciones generales de Argentina y en los comicios municipales de Colombia, se alzaron dos figuras femeninas de actual importancia.
Con 19 años, militancia estudiantil y nuevas ideas, la argentina Ofelia Fernández se convirtió en la legisladora más joven de la región, al ganar una banca en la Legislatura bonaerense como candidata al partido kirchnerista Frente de Todos. Esto fue posible debido a que el sistema legal de Buenos Aires establece como requisito ser mayor de edad, a diferencia de la edad establecida para ser diputado o senador nacional.
Ofelia inició su militancia política en el centro de estudiantes del colegio capitalino Carlos Pellegrini, convirtiéndose a los 15 años en la presidenta más joven de la organización de alumnos de la institución. La figura de Ofelia se encuentra rodeada de ideales relacionados a un estilo de vida más ecológico, equitativo y popular; además, la joven tuvo una fuerte presencia en los debates relacionados a la legalización del aborto acaecidos el año pasado en el vecino país.
Por otra parte, en el país del café, Bogotá eligió a la primera alcaldesa de su historia: Claudia López. La mujer pertenece al partido izquierdista Alianza Verde y es politóloga de profesión; además, su figura está relacionada a las políticas ecológicas y a la lucha contra la corrupción.
López se hizo conocida debido a sus publicaciones en la revista Semana, donde buscaba develar la situación fraudulenta que rodeaba la escena de las elecciones regionales, en 2008. Posteriormente, en 2014, la ahora alcaldesa electa dio su primer paso en la política como candidata a la presidencia de Colombia, oportunidad en la que alcanzó un puesto en el Senado.
"Bogotá votó para derrotar al machismo y a la homofobia. Que no quepan dudas: el cambio y la igualdad son imparables" fueron las palabras que, según BBC Mundo, pronunció Claudia López, luego de haber ganado la alcaldía en las urnas. Ciertamente, tanto la elección de Claudia como la de Ofelia constituyen grandes logros que trazan más caminos para que las féminas sientan que poseen una voz política verdadera.
La representación femenina resulta una cuestión que no se discute a partir de la pregunta de si la mujer es o no merecedora de los cargos a los que aspira. Para nosotras, participar se convierte en un sinónimo de tomar decisiones por cuenta propia, sin tener una cabeza que “capitanee”, formando parte de un barco en el que todas las piezas sirven por igual.
Por Belén Cuevas (17 años)