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“Por puro hobby: cuando estaba muy cansada de estudiar, me metía a la cocina para inventar recetas y las cosas dulces siempre fueron mi fuerte”, expresa Tamara. La joven se encuentra cursando el último año de medicina en la Universidad Católica y, desde el 2018, mantiene vigente la iniciativa llamada Dr. Sweet, la cual le permite conjugar su carrera profesional y su gran amor hacia la repostería.
“Un primo me animó a vender mis productos y me ayudó a crear el logo de este emprendimiento; fue así que nació Dr. Sweet”, cuenta Tamara. A través de una página de Instagram, la joven promociona sus cookies con chips de chocolate, brownies rellenos, tortas de tres leches, pies de limón e, incluso, creativas canastas de desayuno.
En la actualidad, la página de Tamara ya cuenta con muchos seguidores que admiran su ingenio y habilidad gastronómica. “Cuando empecé con 'Dr. Sweet', jamás imagine que tendría mucho éxito. Al principio, mis amigos fueron los primeros clientes y me ayudaron a promocionar mis productos, haciendo que esta iniciativa crezca poco a poco; ahora, tengo pedidos todas las semanas”, expresa la joven.
Para la emprendedora, nada es más importante que sentir la alegría de sus clientes, cuando ella les entrega sus elaboraciones dulces terminadas. “Al escuchar que las personas dicen que mis brownies son los más ricos que hayan probado, que mis cookies son deliciosas o que les encantan mis canastas, experimento una gran satisfacción; para mí, esto representa el mayor pago”, relata Tamara.
Actualmente, la joven realiza entregas a domicilio y, si bien está muy abocada a sus estudios de medicina, uno de sus mayores sueños constituye habilitar una confitería propia. “Es complicado comenzar a emprender, principalmente, debido al miedo de que no resulte; todo es cuestión de arriesgarse”, explica la joven. Asimismo, la emprendedora manifiesta que, aunque existe mucha competencia en el mercado, lo importante es dar lo mejor que uno tiene para brindar un buen producto a la gente.
La creadora de Dr. Sweet deja un mensaje a los jóvenes: “¡Anímense! No importa cuántas veces caigan; a pesar del miedo y los obstáculos que puedan presentarse, lo fundamental es arriesgarse a hacer lo que a uno le gusta”.
Por Rebeca Vázquez (18 años)