Cargando...
“Ultraprocesado” es la palabra que describe varios comestibles que ingerimos diariamente. Las sopas instantáneas, cereales azucarados, bebidas gaseosas y muchos productos empaquetados forman parte de esta categoría de alimentos fáciles de preparar; por ende, estas comidas llenan las estanterías de los supermercados y, a la vez, los estómagos de muchos consumidores.
Las comidas tradicionales y aquellos platillos hechos en casa con ingredientes frescos y mucho amor, con frecuencia, son reemplazados por alimentos empaquetados que, cuando se consumen en exceso, pueden dañar la salud. Ya sea por falta de tiempo para cocinar o simple flojera, los snacks y los bocadillos ocupan la cima de la pirámide alimenticia de mucha gente.
Un informe difundido por la Organización Panamericana de la Salud señala que los alimentos ultraprocesados son el motor de la epidemia de obesidad en América Latina. Asimismo, esta organización afirma que las ventas de estos alimentos y bebidas aumentaron un 48% entre el 2000 y 2013 en Latinoamérica.
De acuerdo al sitio web del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS), de nuestro país, el etiquetado frontal de advertencia está diseñado para garantizar al consumidor el derecho a la información que precisa para decidir la compra, protegerlo frente a engaños y desestimular la adquisición de productos no saludables.
En Chile, con el objetivo de reducir la ingesta de comida chatarra, por parte de los niños y jóvenes, se aprobó la ley sobre el Etiquetado de Alimentos. Esta reglamentación consiste en colocar sellos negros, en la parte frontal del empaque de los productos comestibles, para advertir el alto contenido calórico de los snacks y las golosinas.
“Alto en azúcares” y “alto en calorías” son dos expresiones utilizadas en este tipo de etiquetado. Por otra parte, según un estudio realizado por académicos de la Universidad de Chile, la Universidad Diego Portales y la Universidad de Carolina del Norte de EE.UU, las compras de bebidas azucaradas y cereales disminuyeron en un 25% y 9% respectivamente, en este país latinoamericano.
Asimismo, las investigaciones acerca de estas etiquetas concluyeron que se redujo la cantidad de sodio y azúcares en importantes categorías de alimentos envasados. Además, la gente logró reconocer mejor la calidad nutricional de los comestibles y los niños tuvieron menor exposición a la publicidad de estas comidas altas en grasas.
Por otro lado, en un artículo de la página web del MSPBS, la Lic. Claralina Mendoza, nutricionista del Ministerio de Salud y encargada de la iniciativa “Comunidades promotoras de calidad de vida y salud” señaló que en Paraguay se está trabajando para la implementación del etiquetado frontal, en todos los productos envasados.
Una persona muy ocupada para mantener su salud se parece a un mecánico que, por falta de tiempo, no cuida sus herramientas. Esforzarte para llevar una nutrición adecuada y leer las etiquetas de los productos que consumís son las mejores inversiones para tu cuerpo y mente, pues si sos cauteloso con lo que ingerís, quizás, la frase “sos lo que comés” cobre sentido en tu vida, cuando te sientas lleno de energía y tengas ganas de devorar el mundo.
Por Agustina Vallena (19 años)