Sandino Gil Oporto

El tiempo es poco amable con la memoria de personas que lucharon toda la vida por sus ideales. Se encarga de borrarla del tenue recuerdo hasta reducirla a unas cuantas líneas de despedida o al registro pasajero de unos pocos girones de su rica historia.

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En contraste con la profusión de espacio de actualidad para satrapas bien conocidos es una grosería la atención que dedicamos a quienes destruyeron el oprobioso régimen que nos permite construir el actual, totalmente diferente.

Sandino Gil Oporto fue uno de esos guerreros por los ideales de libertad y democracia. Su conducta, como la de otros tantos luchadores políticos permitió a la conciencia nacional distinguir entre un partido Colorado tal como lo quisieron sus fundadores y otro usurpado por gavillas de turno para defender intereses y no precisamente ideales.

El se sumó al descontento que comenzó a producir la gestión del general Alfredo Stroessner, quien gobernó realmente desde el golpe de estado del 4 de mayo de 1954 con el apoyo del partido Colorado. El malestar no solo fue de la oposición sino también de los gremios estudiantiles y sindicales, inclusive de un sector del coloradismo que luego se articuló como Movimiento Popular Colorado.

Estos fueron perseguidos, con prisiones, tortura y exilio en 1959, a raíz de la huelga del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional por la suba del pasaje. La Cámara de Representantes pidió el levantamiento del estado de sitio, la renuncia del jefe de policía por la represión a los manifestantes y el inicio de una apertura política. La respuesta de Stroessner fue la disolución del Congreso y la persecución a todos aquellos que se adherían a las propuestas del Mopoco, además de la división fáctica del partido Colorado.

Sandino fue al exilio alrededor de los años 60 y desde entonces ocurrió con él lo que con todos los exiliados. Se los cubrió con el manto del olvido y paradójicamente sólo Stroessner se volvía a recordar de ellos cuando debía viajar a la Argentina (destino de casi todos ellos) pues para sentirse seguro exigía a sus colegas dictadores a mantener recluidos a los exiliados del Mopoco y de otras organizaciones opositoras, pedido que siempre fue cumplido. En febrero de 1979, se conformó el Acuerdo Nacional con la participación del Partido Revolucionario Febrerista, del Partido Liberal Radical Auténtico, del Partido Demócrata Cristiano y del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO). El acuerdo Nacional constituyó un primer nucleamiento de fuerzas opositoras "con el propósito de instaurar un régimen que asegure la vigencia de los derechos humanos, el bienestar general y las libertades y garantías inherentes al sistema republicano-democrático”.

Siempre inquieto, Sandino burló más de una vez el rígido control policial establecido para los opositores pero una vez se propuso demostrar la fragilidad del temido régimen dictatorial y lo consiguió entrando clandestinamente al país, para realizar una conferencia de prensa en el local del Partido Febrerista.

Cumplida su misión, Sandino volvió a salir del país sin que el aparatoso ejército de pyragues y policías uniformados se dieran cuenta. Fue una de las peores burlas al estado parapolicial del stronismo que muchos pagaron con las secuelas del malhumor y pichadura stronistas.

Estando el prisión en 1967 pudo escuchar desde su calabozo las “deliberaciones” de la convención Constituyente para permitir otra reelección del dictador. Según comentó Sandino en su entrevista con Hugo Ruíz Olazar, hasta los policías de guardia se burlaban de las promesas y bellas palabras consignadas en la futura Carta Magna. La risa no fue en vano, nada de lo que quedó escrito, se cumplió. Ya de regreso al país, en 1984 Sandino participaba de las Asambleas de la Civilidad y todos queríamos estar siempre a su lado y al lado de Hugo Lafuente (también Mopoco), ambos de gran contextura física para hacer el aguante a las garroteadas iniciales y permitirnos salir corriendo.

Entraba y salía de prisión, casi ya como una obligación. Asi fue construyendo su testimonio en contra de la dictadura para luego entrar en la era de la democracia, pero ya con menor fuerza física aunque no moral y espiritual. Estuvo mucho tiempo postrado, la mayor parte en el olvido de su partido al cual no pudo ver totalmente recuperado según el ideario fundacional antes de partir definitivamente de este mundo el jueves 22 de noviembre de 2018.

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