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Ellos se pegan aumentazos de seis millones y les tiran a los ancianitos unas migajas. Y les quieren hacer creer que se trata de un gran regalo. Descarados lo que son estos políticos qué no representan a nadie, menos a un sector tan vulnerable como la tercera edad, que ya necesitan muy poco. Pero eso que necesitan lo es mucho para ellos. Comida y remedios para pasar los últimos días de su existencia.
Primero que somos un país de jóvenes. Ya quedan pocos los abuelitos. A muchos de ellos les llevo la pandemia del Covid 19. Ya sea porque sufrían de enfermedades de base como diabetes, hipertensión, problemas cardio o cerebro vascular o vivían con pocas defensas para luchar contra las afecciones. La gente mayor, no es cuidada por el Estado en ningún sentido. Menos en la cobertura médica o de nutrición. Si el gobierno ama a los abuelitos les tiene que proteger asistiendo le en forma integral. Después de todo lo que se le devuelve son los impuestos que pago toda su vida. Y eso es muchísimo. Es mucho más que setecientos mil. Es un derecho que le corresponde por todo lo que dio en su existencia.
Los abuelitos merecen ser queridos y mimados como tesoro valioso. Nosotros tenemos que ponerles en un pedestal puesto que sus hijos y nietos son los que conforman la población y la sociedad. Tienen derecho a su salud. A tener los mejores doctores y consumir los mejores alimentos. Las instituciones deben poner para ellos lugares de distracción donde puedan leer, pasearse, conversar y hacer ejercicios físicos. A mi me gustaría que lleven una dieta excelente y saludable de acuerdo a su condición y que socialicen para no estar aislados. Que existan unos consejos de mayores para que nos regalen sus experiencias y sabiduría. Si los amamos de verdad no tenemos que dejarles abandonados en la soledad y la depresión. No se les valora a las personas mayores y hasta en su jubilación no les otorga el aumento que se merecen. Hace días le dieron muy poquito a los que perciben menos del sueldo mínimo. Un treinta mil más. Y pensar que ellos necesitan mucho más. Los que ganan altísimo no necesitan tanto. Pero todo se hace al revés.
Escuchamos a gente que no les llego la asignación de la tercera edad. Llorando llamaron a las radios. Se quejaban que no tenían ni para comer, menos para comprar remedios.
Esta situación es muy triste. Primero le toca a los de 80 y 90 años, mientras se hicieron las gestiones fallecieron un buen número. Y en este mes serán beneficiarios los de 70 y así hasta llegar a quienes cumplieron 65. Es como los ex combatientes del Chaco que ya no queda nada. Nuestros ancianitos pasan las de Cain en un país tan rico, donde tenemos los rotalties y fonaside. Y tantas donaciones del extranjero. Que no sabemos dónde van a parar. O mejor dicho sabemos que los políticos comen toda esa plata.
Duele mucho que los viejitos ya no tienen fuerza para salir a manifestarse en las calles y menos todavía en estos días de calor intenso.
Ellos si no les cuidamos van a ir perdiendo calidad de vida y van a morir más pronto por la desidia del gobierno qué no prioriza a esta franja etaria.
En Europa los mayores tienen buena calidad de vida. Se les paga bien y tienen cobertura social. Se les ve alegres y sociables en las plazas, los parques y las cafeterías. Tienen muchas actividades. Van a la playa, a los teatros y conciertos y hacen gimnasia y caminatas.
Christine Lagarthe dijo que cuesta mucho al Estado porque ya no producen nada. Pero cuanto trabajo hicieron y cuanto se sacrificaron para criar a sus hijos. Hace falta una mirada humanista hacia los abuelitos. Una mirada de amor y gratitud qué nosotros vamos a querer también si llegamos a esa edad en el ocaso de la vida.
Los políticos también van a cumplir años y la vejez llega pronto. Es justo atender a los ancianitos tratándoles con mucho cariño. No perdamos ese corazón y ese sentimiento. La grandeza de una nación se ve en la forma como cuida a sus mayores. Como país y sociedad lo tenemos que exigir y cumplir desde el lugar que nos encontramos.
blila. gayoso@hotmail.com