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Y se fue. Nadie sabe muy bien si es invitado especial de Donald Trump o del Pato Donald, y mientras discutíamos el viernes si se fue de ñekuá o de protagonista especial, la verdadera información no es si lo invitaron o se hizo invitar. Lo que importa es que viajó, una vez más, que volverá recién este miércoles, estará de visita por Paraguay un par de días, y volverá a viajar a Panamá y de allí a Suiza. Se fue el 16, volverá el 22 y volverá a viajar el 28. Unos 37 viajes hasta ahora.
Nos creemos muy astutos por reírnos de él discutiendo si lo invitaron o se fue de colado. Nos seguimos riendo porque vemos que Santiago Peña hace un engañoso truco en su red social para anunciar que se “reunió” con el próximo secretario de Estado estadounidense Marco Rubio -y todos vemos que se encontraron en una recepción donde se ven claramente banderas de otros países-. Pero en realidad, el que se está riendo exitosamente de todos nosotros, es él.
Con estos últimos viajes, Santiago Peña ya duplica a Horacio Cartes. Cartes hizo su viaje número 37 a Francia en junio del 2016, estaba cerca de cumplir tres años de mandato. Peña desplaza en números de viajes a Cartes: 37 viajes en 1 año, 6 meses y 3 días de haber jurado como Presidente. Mi fuente no es de chipá guazú: https://www.ultimahora.com/cartes-parte-francia-su-viaje-numero-37-como-presidente-del-paraguay-n996130.
Muchos dicen que no hay que protestar contra los viajes, porque sirven. ¿Hay resultados inapelablemente atribuibles a estas expediciones? ¿Cuáles? Los viajes deben demostrar que sirvieron para algo más que para el cholulaje al cual nuestro Presidente es muy apegado. El problema de los viajes no son solamente que incluyen actividades personales muy discutibles como juegos olímpicos, Fórmula uno y otros; es el dinero que cuesta al contribuyente.
Pero la parte más medular de los viajes es que nuestro Presidente y su entorno están cada vez más desconectados de la realidad. Viven dándose manija unos a otros por oropeles mientras se desenchufan de las protestas de la gente que últimamente ya incluyen hasta a referentes del cartismo. Subas de impuestos inmobiliarios, aumentos de peajes, falta de combate a la corrupción, protestas por salud, aumentos de tasas vehiculares, sospechosas aplicaciones de dinero de IPS en negocios de los amigos y licitaciones multimillonarias son las realidades que se respiran en Paraguay. Santiago Peña y sus amigos viven en una nube de pedos.
mabel@abc.com.py