Política y salud juvenil

Así como existen ya centros de atención al adulto mayor, también debe existir centros o unidades para atender a adolescentes y jóvenes en la parte médica. En la actualidad vemos chicas embarazadas, consumos de tabaco, alcohol y drogas. La transmisión de enfermedades sexuales y problemas mentales. Son tantos los dramas juveniles qué resulta muy difícil recordar o enumerar todos. La falta de educación es muy notoria en todo sentido. Las escuelas y colegios fallan. En el hogar a los mayores les superan los problemas y las instituciones estatales tampoco satisfacen. Los medios de comunicación ayudan como pueden y las Iglesias hacen su parte. Hace falta fomentar más la formación en salud preventiva para jóvenes.

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Nosotros sabemos que el Ministerio de Salud tiene programas dirigidos a jóvenes para informar sobre diversos temas. Realizan charlas. Interactuar en redes sociales y llegan hasta las escuelas lejanas dentro del territorio nacional. Pienso que si nos involucramos todos en la sociedad, con mucha responsabilidad, podemos obtener resultados más positivos.

Por ejemplo, en temas de drogadicción, los padres podemos conversar con los hijos, hablándoles de los peligros del consumo de narcóticos y estupefacientes. Primero tenemos que adquirir conocimientos los mayores para poder transmitir claramente a los chicos. Ellos, a veces, adquieren más informaciones a través de Internet o conversaciones con los amigos. Hay una saturación de datos que llega como cataratas. Nunca va a ser igual que los padres, con todo cariño, conversen con sus hijos. Con mucho cariño y respeto. Hay que hablar claramente sobre los tremendos daños que causan las sustancias a nivel físico y psíquico. Destruye la persona y si no tiene para consumir, el joven no tiene más remedio que delinquir. Un problema lleva a otra situación más grave.

Lo mismo con las niñas, señalar que la sexualidad es un punto muy importante que se debe cuidar, para no caer en embarazos precoces o enfermedades de transmisión sexual. Antes de la mayoría de edad, no pueden ejercer un libertinaje sin límites que puede tener consecuencias muy negativas.

La salud es física, mental, emocional, social y espiritual. Genéticamente no están preparados para abusar en todo. Los chicos tienen que practicar mucho deporte y contactarse con la naturaleza. La alimentación debe ser abundante en frutas y verduras. Nuestro país es muy rico en este aspecto. Tenemos todo para cuidar a los jóvenes y que sean muy sanos y vitales.

Beber mucha agua en este verano y tomar sol con las precauciones recomendadas por médicos.

La parte psicológica es aparte, porque ni los amigos ni los celulares, jamás van a suplir a los progenitores. A pesar de la inteligencia artificial y la tecnología avanzadísima, nada puede sustituir al acompañamiento permanente y la contención qué dan los padres. Y todo el amor que vuelcan a sus vástagos.

Pensamos que al entrar en este nuevo año, en que la mayoría disfrutan de las playas, el agua, la arena y el sol, tenemos que reflexionar sobre muchos puntos. El año no va a cambiar por sí solo. Somos los seres humanos quienes debemos cambiar ideas, conductas y paradigmas.

Los políticos y las autoridades tienen un gran papel en este sentido. Enseñar a los jóvenes a estudiar y a trabajar. No aparecer como los salvadores o los mesiánicos qué les van a sacar de la pobreza. Los jóvenes necesitan de excelente educación y oportunidad para encontrar un trabajo digno. Solo ellos hallarán el camino de la superación y el progreso, si les damos las herramientas necesarias.

Que hermoso que Paraguay esté lleno de jóvenes. Emocionan las universidades repletas de inteligencia y esperanzas. Ese gran sacrificio que hacen muchos para trabajar y después ir por una carrera superior que les sirva para vivir con dignidad como individuo y ciudadano.

La salud y la educación van juntas, tomadas de la mano. No pueden separarse. Se requieren de políticas públicas viables y sustentables qué atiendan la salud juvenil y prevención de enfermedades. Ojalá que gobernadores, ministros, intendentes, senadores, diputados y ejecutivos se fijen en este importante punto. También los padres, maestros, comunicadores, médicos y psicólogos. Toda la sociedad debe poner su granito de arena para ayudar a la juventud. Es un gran compromiso colaborar por el bienestar de nuestro divino tesoro. La reserva qué poseemos. A nivel físico, intelectual y moral. No lo olvidemos en este 2025 qué ya está corriendo.

blila.Gayoso@hotmail.com

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