Félix Fernández

El pasado viernes 27 se recordó en Itauguá a uno de sus más ilustres hijos, el poeta Félix Fernández (1897- 1984) protagonista de una dilatada y rica vida cultural que perdura a través de los tiempos. Como poeta, es uno de los mayores en lengua guaraní. Sobresalió por su delicada sensibilidad y respeto a la mujer, al contrario de los poetas del “purahei jahe´o” (canto plañidero) que se inventan historias para denigrarla de la peor manera.

Cargando...

Solo dos muestras de los versos de Félix Fernández: “Reservista purahei” y “Ñane aramboha”. Un poeta llorón habría encontrado a su esposa con otro hombre al regreso de la guerra. Y en la otra poesía se culpa a sí mismo de las lágrimas de su esposa.

A Félix Fernández le distinguía también su fecunda imaginación para darle al teatro, en sus distintas vertientes, obras que impactaban en el público. Como autor se inició con “Mborayhu paha” (el colmo del amor), estrenada en 1917, cuando el teatro paraguayo todavía no “descubrió” (salvo en la época colonial) la riqueza del guaraní. En este mismo idioma, y por la misma época, lo hizo también Martín Barrios. Ambos fueron los precursores de Julio Correa que en la década siguiente habría de llevar a lo más alto nuestro idioma nativo con un teatro social vigoroso, irrepetible.

Don Félix –como se lo conocía- fue uno de los fundadores del movimiento artístico que reinó varias décadas en los escenarios populares: la velada. Fue un género que reunió en un solo espectáculo la música, la danza, el recitado, la magia, el teatro breve conocido como “paso de comedia”. No se concibe una velada sin los intermedios jocosos. Sabemos qué es el “paso de comedia” pero no su origen en el Paraguay. Ni siquiera está registrado quién ni cuándo lo utilizó por primera vez en el escenario. Sería relativamente reciente –¿la década del 40 del siglo XX?- no se lo encuentra en los orígenes del teatro paraguayo en el siglo XVI hasta cuatro siglos después.

Otro hecho curioso es que en España se lo conocía a través de las comedías de Lope de Rueda, en el siglo XVI, al parecer el creador de los “pasos…” con los que se designan a “pequeños cuadritos sin rama argumental que reproducen una animada conversación de dos o más personajes, entre los que destacan la figura o figuras de gentes rústicas, bobaliconas, crédulas y, en general, de clase social baja”.

Es posible que los artistas de las veladas no hayan leído el prólogo de las obras completas de Lope de Rueda, pero es llamativo que utilizaran la misma estructura de los pasos de comedia del siglo XVI. Como sea, por espacio de 30 años nuestro público de todo el país se deleitó de los ingeniosos pasos de comedia que tuvieron a Félix Fernández como a uno de los más talentosos creadores. El género de la comedia breve no le era desconocido. Por muchos años, en la década del 50 del siglo pasado, protagonizó un programa radial “La escuelita del buen humor” con dos “alumnos” que eran Juan Bernabé y, si mal no recuerdo, Máxima Lugo.

A más de poeta, director teatral, dramaturgo, actor, Félix Fernández fue también músico formado en los mejores tiempos de la Banda de Policía de la Capital. Aquí conoció y trató a muchas celebridades entonces futuras, como José Asunción Flores.

En el acto del pasado 27 se dio apertura oficial de la Sala “Félix Fernández”. Fueron inventariados unos 1.527 objetos que pertenecieron al ilustre poeta. Es posible que entre estos se encuentre la bandera tricolor que don Félix izaba en su casa guaireña de Félix Pérez Cardozo en homenaje a un visitante que consideraba ilustre. Fue lo que hizo con el grupo de teatro “Aty Ñe´e” al que recibió de riguroso traje y la bandera paraguaya en lo alto. “A los artistas hay que recibirlos con honor”, fue su respuesta a los agradecimientos.

¡Cuántas banderas tendrían que flamear para honrar a un poeta de la dimensión de Félix Fernández!

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...