Nueva carta a los Reyes Magos

Luego de cinco años vuelvo a escribir otra carta a los Reyes Magos casi sobre los mismos temas. Me interno una vez más en ese pensamiento mágico que me traslada a la infancia, allá cuando preparaba el pastito y el agua para los camellos y debía tener lista la carta para Melchor, Gaspar y Baltasar. Esta vez, hago otra vez el ejercicio como ciudadana paraguaya, mirando y soñando que nuestro país sea un lugar mejor en el que puedan crecer nuestros hijos.

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Escribo estas líneas con la esperanza renovada de que estos deseos no queden relegados al olvido, pensando en el Paraguay que todos queremos, pero que parece cada día más esquivo. Así que, entre lo ya escrito en el 2020, ahora con más y urgentes pedidos, aquí va mi nueva carta a los Reyes.

A Melchor le pido salud. Salud para un pueblo que sigue organizando polladas para costear tratamientos médicos para sus familiares. Salud para un sistema que mantiene una infraestructura e insumos insuficientes. Quiero también que los medicamentos dejen de vencer en almacenes o aparezcan en clínicas clandestinas. Deseo salud para un Paraguay que necesita priorizar el bienestar de su gente por sobre los intereses mezquinos.

A Baltasar le reitero el pedido de justicia. Justicia para un país en el que la corrupción parece un espectáculo cotidiano, con políticos que se mofan de las leyes y un sistema judicial que tambalea por el peso de sus propias debilidades. Justicia para aquellos que nunca la encuentran porque un juez puede torcer un veredicto a pesar de las pruebas. Justicia que inspire confianza y no desdén; que sea una luz de esperanza y no un símbolo de desigualdad.

A Gaspar le pido equidad. Equidad para un pueblo que carga con impuestos crecientes mientras una élite disfruta de bonificaciones y beneficios. Equidad para quienes tocan puertas de instituciones en busca de ayuda, pero encuentran indiferencia, salvo en los tiempos de campaña electoral. Equidad para que el progreso sea para todos y no solo para unos pocos.

Pido a los tres que el crimen organizado no siga extendiendo sus tentáculos. Que la lucha contra esta amenaza sea firme y constante, porque un país bajo una sombra mafiosa no puede prosperar. También extiendo un pedido de todo un pueblo trabajador: que los llamados “nepobabies”, aquellos hijos del privilegio que se burlan del esfuerzo de los demás, no sigan desangrando al Estado.

Queridos Reyes Magos, les pedimos reformas que transformen el Estado. Que los cargos innecesarios sean eliminados y que los famosos “planilleros” sean barridos. Que se destinen los recursos donde realmente importan: en la educación, la salud y el desarrollo del país.

Sabemos que estos pedidos no llegarán como regalos mágicos en la mañana del 6 de enero. Pero no pierdo, ni perdemos la esperanza, de que llegarán algún día.

smoreno@abc.com.py

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