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Hemos visto este escenario en el primer mandato: la caída libre de las iniciativas climáticas federales y el retroceso desolador que se ha dado. Otras fuentes norteamericanas mencionan que han sido más de ciento veinte (120) medidas de protección ambiental revertidas, muchas de resonancia global. ¿Qué más podríamos tener en cuenta?
Lucha o activismo mediante el sistema judicial
Es importante señalar que no todas las intenciones de retroceso en las medidas del primer mandato de Trump se consolidaron. Muchos intentos fueron detenidos, anulados o revocados mediante acciones judiciales. Los tribunales tuvieron una ardua tarea en todas las instancias, desde los juzgados locales hasta la Corte Suprema Federal, pasando por los tribunales estatales.
De igual manera que en Europa, los tribunales gozan de confianza, lo que otorga al activismo legal una gran fuerza, a diferencia de lo que, lamentablemente, ocurre en la mayoría de Sudamérica, incluyendo a los tribunales paraguayos.
Ámbito legislativo
Debido a la amplia victoria republicana en las elecciones, el Partido Republicano cuenta con mayoría en ambas cámaras del Congreso. Por lo tanto, se puede esperar que, en su segunda presidencia, Trump tenga más éxito en sus intenciones.
Con la mayoría en el Congreso, se puede prever un mayor éxito en la disminución de regulaciones y en el rediseño de las leyes vigentes para proteger el clima, el aire, el agua y las comunidades vulnerables, como ya se mencionó en la primera entrega.
La administración Federal en jaque
No solo se pueden esperar reveses a nivel legislativo o regulador. También se ha hablado extensamente de los recortes masivos propuestos por sus colaboradores en las agencias centradas en la protección climática y del medio ambiente.
Los nuevos tomadores de decisiones al frente de importantes instituciones, como la Agencia de Protección Ambiental y el Departamento del Interior, son abiertamente hostiles a las medidas de protección, para no llamarlos negacionistas en el núcleo duro.
Tan dura es la posición, que se plantea rescindir el desarrollo de energías limpias, destinando miles de millones de dólares de los presupuestos no utilizados de la Ley de Reducción de la Inflación para reasignarlos a actividades con alto contenido de emisiones de carbono.
Vulnerabilidad ante el cambio climático. Contexto internacional
Este parón (sería mucho sarcasmo llamarlo congelamiento) en las políticas climáticas hará que los Estados Unidos no cumpla con sus objetivos de reducción de emisiones, lo que, definitivamente, nos afectará, pero también es verdad que de una manera menos tangible.
Ahora bien, de manera mucho más tangible, podrá percibirse una disminución de fondos para la asistencia financiera climática de muchos pueblos y países vulnerables, en el caso de la retirada de los Acuerdos de París sobre el cambio climático, como lo prevén.
En la Polinesia, por dar un ejemplo de poblaciones isleñas que ya han perdido grandes porciones de territorio, reducir las emisiones y obtener fondos para reubicar a sus poblaciones y mitigar las inundaciones y sequías, son una necesidad urgente que podría verse desfinanciada.
Contradictorio. Elon Musk
Mucho se ha hablado del heredero de la dinastía Kennedy y activista antivacunas, Robert Kennedy Jr., como nuevo secretario de Salud y Servicios Humanos, por lo que representan su apellido y su nueva posición. Sin embargo, en lo que respecta a las políticas climáticas, es aún más controvertido el actual hombre más rico del mundo, Elon Musk.
La gran divergencia entre el ideario de Trump y Musk radica precisamente en la posición climática que ambos han sostenido a lo largo de los años. No aportamos nada nuevo diciendo que Trump es un ultraderechista neoliberal que parece preocuparse más por el dinero que por la continuidad de la especie, con sus respectivas matizaciones.
En el caso de Elon Musk, hay una diferencia importante. En la reciente biografía publicada por el famoso Walter Isaacson, se describe a Musk como alguien que empezó a interesarse en la energía solar y los vehículos eléctricos durante la secundaria, porque estaba preocupado por los peligros del calentamiento global y el mundo dominado por el petróleo.
Cuando Trump anunció la salida de los Acuerdos de París, Musk manifestó su oposición, mencionando que no sería bueno ni para Estados Unidos ni para el mundo. Trump se mostraba contrario a la energía nuclear, mientras que Musk era un defensor. En reiteradas ocasiones, Musk ha expresado estar convencido del cambio climático y de sus amenazas, mientras que Trump lo negaba. No obstante, ambos han moderado sus discursos en la última campaña, para no parecer tan alejados como lo estaban hace menos de un lustro.
El debate sigue abierto. Muchos opinan que Musk solo busca beneficiar a Tesla y SpaceX con contratos multimillonarios, de los cuales ya se especula. Lo concreto es que, al considerar la administración pública como una empresa (el gran sueño neoliberal), y liderando el nuevo departamento de Eficiencia Gubernamental, se espera que los recortes de personal en las agencias de protección ambiental no lo preocupen.
Estas son algunas de las perspectivas sobre lo que puede suceder en el marco de la transición de la Casa Blanca, lo que representa una amenaza significativa para diversas poblaciones en el contexto internacional. En la próxima entrega trataremos de encontrar alguna situación que brinde esperanza.