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El pasado 26 de diciembre publicó una columna firmada por los abogados Evan Davis y David Schulte alentando la realización de un golpe parlamentario para evitar que Donald Trump asuma la presidencia estadounidense alegando la cláusula de sedición de la Constitución norteamericana, basados en los acontecimientos del 6 de enero de 2021 por los que falsamente se acusa al presidente electo de ese delito.
Esto es lo importante: En base a una denuncia falsa, desconocer la voluntad de los Estados Unidos. Es lo importante porque confirma el patrón de conducta del partido globalista onegecero fascista en el mundo. Onegecero, de organizaciones “no gubernamentales” (ONG).
Lo concretaron en Rumania, donde el pasado 6 de diciembre la Corte “Constitucional” canceló la primera ronda de las elecciones presidenciales, que los globalistas habían perdido a manos de los patriotas, en base a informes del servicio de inteligencia del gobierno según los cuales hubo “interferencia rusa”: No trampa con los votos sino publicidad vía Tik Tok.
Para que se entienda la magnitud del fraude de los globalistas, el pasado 20 de diciembre el “Financial Times” dio a conocer que el presidente “saliente” de Rumania, el globalista Klaus Iohannis, del Partido Liberal Nacional (PLN), reconoció que no tenían pruebas de la “interferencia” rusa, a pesar de lo cual mantuvo la prórroga de su propio mandato. Ahora la Comisión Europea (poder ejecutivo de la Unión Europea) abrió una “investigación” porque el equivalente de nuestra DNIT en Rumania descubrió que quien pagó la campaña en Tik Tok que usaron como excusa el servicio de “inteligencia” y la Corte “Constitucional” rumana fue el mismísimo PLN de Iohannis.
Una denuncia falsa para desconocer la voluntad de los rumanos.
Nada de todo lo anterior obsta para que los globalistas onegeceros fascistas hablen a boca llena de semillas para la democracia. La “democracia” de la que hablan estos onegeceros fascistas no difiere en nada, en absolutamente nada, de la “democracia sin comunismo” de Alfredo Stroessner: Solo participan los que les gustan a los dictadores y si a los dictadores no les gusta cómo va la cosa, la cosa se anula y se revierte, y todo con censura a las libertades de expresión y prensa.
Por tanto, no me animo a asegurar que Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos. Hay que esperar que llegue el 20 de enero.
El partido globalista onegecero fascista logró este inmenso poder después de más de treinta años infiltrando todas las instituciones con la falsedad de que la inclusión de las ONG en la gobernanza de los países es igual a gobierno participativo, cuando en realidad es una usurpación pura y dura de la participación ciudadana.
En nuestro país, pues, es imperativo derogar todos, cien por ciento, los “acuerdos” por los que las ONG operan dentro de nuestras instituciones, especialmente el Poder Judicial, la Fiscalía, las fuerzas de Seguridad y Defensa y los ministerios.