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Hartos de exigir, pedir y manifestarse sin obtener respuestas, los jóvenes limeños dijeron: “Ovaléma, no más muertes por baches”, y comenzaron una campaña solidaria para recolectar materiales y recursos para un bacheo popular. La iniciativa tuvo gran aceptación: instalaron puestos en la vía pública y recibieron aportes económicos y materiales de la comunidad.
El Ministerio, en un intento de apaciguar las críticas, envió un equipo desde el departamento de Concepción, ubicado a más de 150 km, para realizar trabajos de bacheo. Sin embargo, el resultado fue deplorable: el asfalto llegaba frío y el equipo trabajaba pocas horas debido al largo trayecto que debían recorrer diariamente.
Ante esta situación, el pueblo, en la orfandad total de las autoridades, decidió actuar con coraje y patriotismo. Con los fondos recolectados, los limeños se acercaron a los trabajadores del Ministerio para pedirles que mejoraran su trabajo. Les ofrecieron alojamiento y comidas para que no tuvieran que viajar diariamente los 150 km.
Además, cocinan a diario para llevarles alimentos y elementos de tereré. La comunidad unió fuerzas con los operarios, promoviendo una colaboración que permitió coordinar mejor los trabajos y limpiar la vera de la ruta.
A pesar de los esfuerzos, los propios trabajadores admitieron que los arreglos realizados son apenas una solución temporal. “No durará mucho tiempo”, dijeron, subrayando la necesidad urgente de una reconstrucción integral de la carretera. La PY08 no es la única: gran parte de las rutas pavimentadas en el departamento de San Pedro están en condiciones deplorables.
Duele la desidia de las autoridades, pero avei emociona el compromiso del pueblo. En un acto de verdadera ciudadanía, los habitantes, lejos de quedarse en la queja, sacaron pecho con una sana rebeldía y demostraron que, ante la ausencia del Estado, es posible hacer patria desde la acción colectiva.