2025: que el “vamos a estar mejor” sea real

El Presidente cumplió con eso de “vamos a estar mejor”, pero parcialmente: solo “ellos” están mejor. Los nepobebés, los politiqueros, los hurreros, los corruptos, los narcos, los leales al poder real. El resto espera aún que el Estado cumpla su parte en salud y educación públicas, en seguridad. Y que en el 2025 se sanee moralmente la Nación.

Cargando...

Este fue un año de extravagancias políticas. Vimos cómo el poder omnipotente de un autócrata ensoberbecido se llevaba todo por delante, utilizando a sus vasallos para acallar la voz de quienes no se le sometían.

Contemplamos la entronización de incompetentes en cargos privativos de gente pensante.

Observamos la utilización de organismos institucionales para perseguir a los supuestos enemigos del amo. Triste papel al que fueron rebajados individuos privados de su capacidad de pensar por sí mismos para pasar a ser serviles sin decisión propia. Todo eso, para “estar mejor” a costa de la dignidad particular.

Honor Colorado, el movimiento que maneja el poder de la República, está concentrado en el pillaje de los bienes estatales. Principales y segundones tienen la obsesión de volverse ricos cuanto antes y ya piensan en el 2028. Para seguir con “la mano en la lata”.

El ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, anunció que el presupuesto de la Nación 2025 es “el mejor de la era democrática” y se centra en salud, educación, seguridad y protección social. Pero tiene un avispero en acecho: la corrupción. Fernández lo sabe.

Tenemos una macroeconomía todavía estable, pero con el peligro cercano del deterioro. Esto, por acción de los corruptos. La corrupción es un flagelo delictivo, pero, sobre todo, un azote moral. Una tragedia nacional es que el control de la corrupción está en manos de los propios corruptos.

Hace falta un golpe de timón. Y ese golpe lo debe dar, en principio, el Ejecutivo, no tolerando más a los ladrones y los despilfarros promovidos en el Legislativo. El Ejecutivo lo puede hacer como poder administrador, imponiendo su jerarquía autónoma. Parece utópico, pero sin una resurrección moral, el presupuesto valdrá poco para el “vamos a estar mejor” general.

El 12 de junio de 1979 apareció la más célebre de las cartas pastorales de los obispos del Paraguay, aquellos obispos liderados por el entrañable Ismael Rolón: El saneamiento moral de la Nación.

Era un tiempo en que el inmenso caudal de dinero que comenzaba a fluir por Itaipú forjaba una plutocracia, nuevos ricos que incluían a políticos obnubilados por la plata; gente que pasó de austera a egoísta, codiciosa, ambiciosa, en la peor acepción del término, y corrupta.

Corrupción hubo siempre. Pero desde aquel tiempo se volvió un sistema de poder cada vez más fortalecido. La corrupción y la falta de conducta ética hacen que cada vez sean menos quienes están mejor.

No solo urge “el mejor presupuesto”, sino que se lo invierta con decencia y eficacia, por sobre la politiquería predadora y los caprichosos y achispados arrebatos del jefe.

nerifarina@gmail.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...