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Estos pasos se dieron sin ningún tipo de información pública ni participación ciudadana, y con grandes campañas comunicacionales oficiales presentando supuestas victorias históricas, sobre datos tergiversados y medias verdades.
En mayo se difundió, tras meses de silencio y secretismo, el Documento de Entendimiento entre Peña y Lula sobre la tarifa de Itaipú, estableciendo una tarifa intermedia, permitiendo la comercialización de la energía paraguaya al mercado brasileño -habilitada en octubre- y colocando como fecha límite para la revisión del Anexo C el 31 de diciembre del 2024.
Faltan 5 pa’ las doce, el año va a terminar
A días del 2025, tras el hecho de que los gobiernos habían establecido un cronograma de reuniones semanales para cerrar las negociaciones en diciembre, seguimos sin novedad alguna.
La revisión abre la posibilidad de un cambio de la naturaleza jurídica de Itaipú, a una institución con fines de lucro e inserta en el mercado financiero, entre otros puntos a atender que compromenten aún más la soberanía.
Mirando este año, se destacó con fuerza el uso político y propagandístico de Itaipú, en la búsqueda de legitimidad de un gobierno que avanza con tintes autoritarios.
El desafío de la recuperación de Itaipú para el desarrollo nacional sigue vigente, con nuevos mecanismos a atender en este nuevo escenario.
No se avizora una llegada a buen puerto, pero las trabas al desarrollo nunca han frenado el espíritu patriótico y de lucha que caracteriza al pueblo paraguayo y que ha permitido, en diversas ocasiones, la llegada de la primavera.
Que el 2025 nos encuentre unidos como ciudadanía, firmes y resilientes, para caminar hacia un país mejor.
*Ángeles Ferreira, Doctora Cum Laude en Educación y Sociedad por la Universidad de Barcelona. Integrante de la Campaña Itaipu ñane mba’e.