Crisis en la gobernanza climática 2.0 (Parte I)

Cuatro años atrás, luego del asalto al capitolio y la denuncia de fraude en las elecciones, el traspaso de poder en los Estados Unidos fue por lo menos convulso. En contrapartida, había alivio al respecto de la transición hacia una mejor gestión de las regulaciones ambientales. Hoy la situación es inversa.

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La normalidad institucional en el paso de mando del país del norte se mantiene, pero en materia ambiental y ante las nuevas medidas anunciadas que serán tomadas desde la administración entrante de la Casa Blanca generan incertidumbre. En consecuencia, cabe revisar también hoy «La Gobernanza climática global y la influencia de los Estados Unidos» como hace cuatro años.

Retrocesos de la primera era Trump

La primera administración Trump perpetró un desmantelamiento de políticas públicas y un proceso de reversión y derogación de leyes en materia climática de protección de aire, agua y vida silvestre, como también en la permisión de uso de químicos.

Al momento de la salida del presidente Trump se categorizó el sistema de desregulación en cinco grupos: (I) La salida de los acuerdo de París, en 2017, (II) Cancelación de los proyectos ambientales de la NASA, (III) Combustibles fósiles y la libertad de uso del franking y extracción de aceite de esquisto, reemplazando el Plan de Energías Limpias y la prospección en áreas protegidas, (IV) Disminución en la protección de especies amenazadas, y; (V) Diplomacia ecológica en retroceso o de relaciones internacionales en asuntos ambientales.

Luego de revisar nuevamente el Rastreador de Desregulación Climática de la Universidad de Columbia, además de las publicaciones de la facultad de Derecho de Harvard, se puede encontrar que en el periodo presidencial de Trump fueron 112 las normas que fueron disminuidas o revocadas.

Lo más significativo a nivel mundial, por su preponderancia en la agenda sobre el cambio climático, son desde luego las permisiones referentes a gases de efecto invernadero, sin restar importancia al resto de áreas de desregulación.

Las medidas de los últimos cuatro años

En el momento de transición, Biden había propuesto sus diez acciones ejecutivas para el combate contra la crisis climática y fueron:

(I) Limitación de la polución con metano en las operaciones de gas y petróleo. (II) Trabajo en el uso de energías limpias y de cero emisiones. (III) Edificios gubernamentales más eficientes. (IV) La implementación del «Acta de Aire limpio» y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. (V) Mayor uso de los combustibles alternativos. (VI) Reducir emisiones y construcción eficiente. (VII) Permisos federales que consideren las emisiones e inversiones con reducción de contaminación. (VIII) Planes de conservación de las tierras y aguas para el 2030. (IX) Transparencia empresarial en emisiones.

Todas las medidas señaladas se desarrollaron durante el cuatrienio pasado, pero nuevamente las tasas a favor de energías limpias, las reglas contra la polución y la participación en los Acuerdos de París se hallan en peligro de existencia.

Las señales del segundo mandato de Trump

El excongresista Leed Zeldin es quién dirigirá la Agencia de Protección Ambiental, y su postura ha sido clara durante la entrevista que le fue realizada en la cadena Fox donde dejó dicho «Los primeros 100 días tendremos la oportunidad de retraer regulaciones que han forzado a los negocios a tener inconvenientes»

La visión negacionista de la coalición trumpista empujará a la desregulación para brindar un crecimiento económico contra la posición de toda la comunidad científica y gran parte de la comunidad internacional.

Más señales, contrariedades y situaciones que deberemos tomar en cuenta,quedarán por ser analizadas posteriormente. Lo cierto es que, en el análisis de la campaña y el anterior mandato, se ven señales claras en contra de la descarbonización y en favor de los combustibles fósiles.

A continuación se mencionan los 12 procesos de desregulación que podremos esperar con el nuevo gobierno en la casa blanca.

  • Salida de los acuerdos de París. En la primera salida ningún país siguió a Trump en el desvarío, en cambio hoy ya cuenta con un seguidor; el presidente de Argentina, Javier Milei.
  • Derogación las reglas de transparencia corporativa. La intención de forzar a las compañías al cálculo de los riesgos financieros para los inversionistas mediante sus emisiones y las vulnerabilidades al calentamiento han sido una dura batalla. Estas reglas serán abandonadas.
  • Destruir la iniciativa «Justice40». Esta iniciativa de justicia ambiental procuraba conducir al menos un cuarenta por ciento (40%) de los beneficios federales a comunidades menos aventajadas y más expuestas a la polución.
  • Derogación del «Endangered Species Act». La protección de más de mil (1000) especies de plantas y animales se halla determinado en esta norma, pero para el lobby de la prospección minera y petrolera es una barrera que debe ser derrumbada.
  • Disminuir el tamaño de los Monumentos Nacionales Bears Ears and Grand Staircase-Escalante. Durante su primer mandato Trump procuró disminuir en cerca de medio millón de hectáreas estos espacios para iniciar la prospección minera.
  • Apertura de nuevas áreas de perforación de petróleo y gas. Extensas tierras de propiedad federal son el objetivo, que incluyen áreas del Golfo de México, pero el gran temor de la comunidad ecologista es el Refugio Nacional Ártico de vida Silvestre.
  • Derogación de las restricciones de emisión en las plantas de energía. Durante la campaña de agosto dejó clara la intención de revertir los duros requerimientos establecidos.
  • Abolir los pagos por producción de metano. Uno de los principales agentes del calentamiento global es el metano. La promesa permanente de Trump en campaña fue eliminar los límites que se habían impuesto.
  • Retirada de subsidios de energías limpias. Los ataques durante la campaña incluían discursos de suspensión de esos fondos y subsidios.
  • Fin de la pausa en la construcción plantas de exportación de GLP. Estos proyectos y su culminación generan enormes emisiones y serían una amenaza por décadas por las emisiones de gases de efecto invernadero liberadas.
  • Eficiencia en hidrocarburos antes que líneas eléctricas. El plan que se presume para la nueva administración sería el de emular el modelo de California, con mayores estándares de exigencia para la eficiencia en combustión de combustibles fósiles y dejar a un lado las líneas eléctricas.
  • Parar la compra de renovables de la administración federal. La orden ejecutiva dictada, nada más ingresado Joe Biden, fue invertir millones en paneles solares y compra de vehículos eléctricos tratándoselos de incentivar la demanda de tecnologías verdes, ahora Donald Trump puede rescindir esta orden.
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