Hacer el bien para vivir alegres

Estamos en el tercer domingo de Adviento, que es llamado “Gaudete”, de “gaudio”, el gozo de la espera: debemos estar contentos, porque esperamos a nuestro Salvador, que vino, y viene, a caminar con nosotros, y nos muestra el camino correcto.

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En la vida hay una alegría, que podemos decir “de la pavada”, por ejemplo, la farra de la borrachera, la fugaz satisfacción de humillar a un contrario, ciertos hechos que hacen cosquillas en la vanidad y aplausos interesados que hinchan al ego.

Como el principio está mal, tarde o temprano esto se desmorona, y poco ayuda para la profunda paz de espíritu que uno desea.

Es necesario conquistar la verdadera alegría con una lucha honesta de todos los días, y por esto, las personas se acercaban a Juan Bautista y le preguntaban qué debían hacer, y él les contestaba: “El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga otro tanto”.

Es evidente la enseñanza: la persona materialista es una amargada, aquel que está centrado en amontonar más cosas, que siempre juzga tan importantes, y no tiene sensibilidad para ver las necesidades de su semejante, jamás será feliz.

Por otro lado, no es fácil compartir las cosas, porque uno considera que precisa de mucho más de lo que ya tiene, amén de justificarse diciendo que el otro tiene que ser menos apático.

A los cobradores, el profeta les advertía: “No exijan más de lo estipulado”. Así, para vivir la auténtica jovialidad, uno de los pasos es el respeto por los bienes del otro, cobrar el precio justo por los productos y servicios, sin querer enriquecerse de la noche a la mañana.

La tentación de percibir más de lo debido alcanza, prácticamente, a todos los profesionales, y cada vez que uno cae en esta trampa, cae también en la “alegría de la pavada”.

Delante de los militares, Juan Bautista no tenía pelos en la lengua: “No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo”.

Naturalmente, que si el profeta daba estas orientaciones era porque algunos miembros de las fuerzas armadas hacían precisamente lo contrario: extorsionaban a la gente, hacían falsas denuncias, tapando a ladrones, se asociaban a estos y se transformaban en “polibandis”. Dios quiere que vivamos estilo “pila memete” y con buen humor, lo que aumenta la serotonina, la salud y el bienestar general. Además, san Pablo insiste: “Alégrense siempre en el Señor”, así que, huyamos de los falsos gozos y practiquemos lo que nos indica Juan Bautista.

Paz y bien.

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