La corrupción, un patrimonio material infame

Mientras la ciudadanía celebraba la proclamación de la guarania como Patrimonio Inmaterial Universal de la Humanidad, el Gobierno recibía un mazazo del “aliado” Tío Sam, por la corrupción “desenfrenada” que existe. La corrupción, patrimonio material de la barbaridad, la fomentan y la apañan los gobiernos de ayer y de hoy. No necesitamos que nos lo digan desde afuera.

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Esta calamidad rige hace décadas. Se sistematizó durante el estronismo, se “democratizó” tras el 89 y goza de buena salud gracias a la impunidad de los ladrones. La corrupción es un sistema que hizo metástasis en los partidos de “oposición” (si queda alguno).

Este gobierno, cuyo epicentro está en la avenida España, corcoveó ante el informe estadounidense por estar este supuestamente “desfasado”. Puede que el tiempo de cosecha de datos fuera anterior a agosto del 2023. Pero somos testigos de que la corrupción es también “desenfrenada”, y más en esta administración oscilante de Santiago Peña, con este Congreso que da risa y rabia al mismo tiempo por sórdido, y con un Poder Judicial que antes de cada resolución analiza si afectará o no al Quincho.

El martes 3, mismo día de proclamación de la guarania y la aparición del informe de EUA, el presidente Peña promulgaba la Ley “Que establece el Régimen Nacional de Integridad, Transparencia y Prevención de la Corrupción de la República del Paraguay”. Pomposo título. ¿Se erradicará con esto la corrupción?

Quienes habitamos desde añares esta tierra del vori vori, sabemos que a quienes tienen poder les importa un bledo la ley. Y menos una ley que supuestamente previene la corrupción. La corrupción es su forma de vida. Y si mantienen su dominio es gracias a su corrupción y a su capacidad de administrar la corrupción de sus conmilitones.

Aquí se roba en todo nivel. Con los nepobebés, que se llevan cifras fabulosas sin que presten algún servicio útil a la patria (comenzando por la hija del vicepresidente de la República); con los planilleros que inundan las nóminas públicas y ganan tres o cuatro veces más que los funcionarios que sí trabajan; se roba en las licitaciones y en las compras en todos los ministerios. Ahora se sospecha de un esquema de robo con los aportes para los adultos mayores (inscribieron más muertos que vivos) y aparece una mafia de pagarés en los juzgados de Paz. Los corruptos no nos dejan en paz.

Itaipú destinó ¡700 mil dólares! a una ONG (amiga) para fomentar “la tradición navideña”. Habrase visto desquicio semejante en un país en el que los hospitales públicos carecen de gasa.

Los “legisladores” cuidan la plata de la gente. Se la llevan a casa, como autoaumento, para darle calor familiar. El doctor Bachi pedirá 20.000 millones para ampliar el edificio parlamentario. Los planilleros necesitan mayores comodidades.

La guarania es Patrimonio Inmaterial Universal. La corrupción es patrimonio material del sistema infame que mantiene al país en el subdesarrollo económico, social, político, cultural.

Buen domingo y ¡viva José Asunción Flores!

nerifarina@gmail.com

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