Subvertir la cultura del contrabando

Itapúa tiene un potencial enorme para convertirse en un privilegiado “supermercado” proveedor de hortalizas frescas a todo el país. Tierra fértil, abundante agua, mucho sol todo el año, y gran cantidad de mano de obra ociosa. Pero estamos saturados de productos ingresados de otros países, de contrabando.

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Se plantea como un absurdo inaceptable que una zona del país, tan rica en recursos, y muchísima gente pobre y sin trabajo, desperdiciemos estas oportunidades que nos regala la naturaleza.

Encarnación tiene un 70 por ciento de su territorio como zona rural, donde se podría generar todo lo necesario para el consumo propio, surtir restaurantes y hoteles que reciben a miles de turistas durante todo el año. Pero por conveniencia, facilismo, y también por falta de oportunidades, buena parte de su población vive del trabajo informal y el contrabando.

Producir alimentos es uno de los rubros económicos de mejores resultados y a corto plazo. Bien planificada, una finca puede generar ingresos todo el año. Tenemos un enorme potencial productivo, pero no cubrimos la demanda de nuestro consumo. Lo hacemos con productos traídos de los países vecinos, y hasta de la lejana China traemos ajo. Buena parte de todo ello viene de contrabando.

El negocio del contrabando genera mucho dinero, sin dudas. Pero su “efecto derrame” llega a un sector muy reducido de empresarios de frontera, recaudadores para la corona, y las mulas que hacen el trabajo sucio. Para el resto, las consecuencias son nefastas.

Necesitamos subvertir esa cultura del contrabando, y adoptar la iniciativa de la producción. Generar riqueza genuina aprovechando nuestros recursos en beneficio de la población. Es un proceso que no se logra de la noche a la mañana, es cierto. Desde hace más de dos décadas que desde la esfera oficial nos vienen con los cuentos de “programas” para la erradicación de la pobreza, del cual el único resultado observado es que eliminó la pobreza sí, pero de algunos funcionarios y su entorno. A propósito del tema y en este tren de cambiar la cultura del contrabando, se puso en ejecución meses atrás un programa impulsado desde la Gobernación de Itapúa, en alianza con municipios y el sector privado, mediante el cual se apunta a crear unidades productivas de hortalizas en diferentes distritos.

Ya se implementa en Alto Verá y San Pedro del Paraná, y el propósito es replicar en todo el departamento, buscando generar volumen de producción y reemplazar al producto ingresado de contrabando.

El resultado dependerá de la honestidad y patriotismo con que se maneje el proyecto, y del empeño que pongan los productores por asumir protagonismo en su propio desarrollo y el de la región. Esperemos que el éxito corone el esfuerzo.

jaroa@abc.com.py

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