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Mientras el presidente Santiago Peña recorre el mundo promoviendo al país como un destino confiable para las inversiones y destacando logros como el reciente grado de inversión otorgado por Moody’s, surge una pregunta crucial: ¿qué ofrecemos al mundo desde nuestra capital?
La final de la Copa Sudamericana entre Racing de Argentina y Cruzeiro de Brasil ha sido una muestra clara del potencial económico y cultural que Asunción puede tener. Este evento, organizado no precisamente por un estamento público, dejó a la economía un impacto de aproximadamente 50 millones de dólares, con hoteles al 100% de ocupación, restaurantes llenos y centros comerciales rebosantes de actividad. Pero el éxito de esta coyuntura también evidenció debilidades estructurales que limitan el crecimiento como destino global.
Por mencionar algunos desafíos, el transporte público, que es una necesidad básica para residentes y turistas, sigue siendo insuficiente, desorganizado, catastrófico. Además, la oferta cultural y de entretenimiento permanece limitada, privando de una oportunidad para mostrar la riqueza de nuestra identidad. En contraste, otras capitales sudamericanas han aprovechado este tipo de eventos para proyectarse al mundo como epicentros de cultura, innovación y turismo.
Asunción tiene características para alcanzar un nivel más alto. Su gastronomía, una fusión de tradiciones indígenas y europeas, presenta un potencial enorme si se trabaja adecuadamente. Platillos como la sopa paraguaya o el mbeju, en combinación con propuestas modernas, podrían convertirse en referencias de la alta cocina regional. Además, la arquitectura de la ciudad, con edificios históricos y espacios emblemáticos como el Palacio de los López, el Panteón o la Manzana de la Rivera, pueden estar mejor y mostrar esplendor para convertirlos en puntos de atracción turística.
Pero para que esto sea posible es fundamental contar con un liderazgo con visión estratégica, que no lo hay. El intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez, tiene la responsabilidad de “vestir de gala a la ciudad”. Esto implica no solo embellecer espacios públicos, sino también diseñar estrategias a largo plazo que incluyan mejoras en infraestructura, incentivos para el desarrollo cultural e iniciativas que integren a las comunidades locales en este proceso de transformación.
Si se trabaja de manera coordinada entre el gobierno central, la municipalidad y el sector privado, Asunción podrá posicionarse como un epicentro cultural y económico en la región. Es hora de mostrar al mundo una ciudad que respire modernidad sin perder su esencia histórica, una Asunción, madre de ciudades, que no solo inspire orgullo a los paraguayos, sino que también deslumbre a quienes la visiten.