Ahora solo faltan los radares

En el marco de la cumbre del G20 realizada en Brasil, donde por primera vez en la historia Paraguay estuvo como invitado, se realizaron reuniones paralelas entre autoridades paraguayas y brasileñas. Durante las mismas, Brasil anunció la exportación de seis aviones Embraer Super Tucanos financiados por el Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES), por 600 millones de reales (G. 780 mil millones). Se trata de la primera operación financiada del ente en 13 años, que posibilitará la renovación la flota de aviones de combate local.

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De acuerdo al BNDES esta operación, que es casi US$ 20 millones menos de lo calculado, también reanuda el apoyo a la esta base industrial de Embraer. El monto también incluye un paquete logístico con sistema de armas que incluyen soportes alares para misiles aire-aire, bombas convencionales, bombas inteligentes, coheteras o tanques auxiliares de combustibles, entre otros.

La logística se traduce en un simulador de vuelo de última generación para el entrenamiento en tierra de los futuros pilotos, un hangar especial para guardar las aeronaves y entrenamiento inicial de 8 pilotos y 12 mecánicos de aviación de la FAP. Así como la revitalización de los seis AT-27 Tucanos que posee actualmente la FAP (desde 1987, con 37 años de uso y al borde de su vida útil). Esto incluye el cambio de toda la aviónica (instrumentos) analógicos por digitales y la revisión completa de la estructura de las aeronaves, que permitirá extender la vida útil de las mismas por al menos 15 años más.

Ciertamente, esta operación es bastante criticada cuando estamos frente a necesidades en el ámbito de la salud, la educación y otros. Sin embargo, en el histórico presupuestario, el presupuesto de defensa ha sido cada vez más relegado reduciéndolo a su mínima expresión. Comparar, por ejemplo, Salud o Educación con Defensa en términos de dinero no es el camino.

Habría que poner más bien el ojo en la gestión. A saber, en montos aproximados Salud tiene un presupuesto de G. 8,08 billones, Educación tiene G. 112,5 billones y Defensa 2,3 billones. Con todo ese dineral, Salud no ha sabido mantener el stock de insulina y los pacientes diabéticos sufren carencias desde hace más de dos meses, como ejemplo. Y, como se ha visto, la adquisición no saldrá del presupuesto sino de un préstamo pagadero a largo plazo mediante el BNDES. Es un paso hacia la modernización de las FF.AA. en general, y de la FAP en particular, al combate (esperemos que real) al narcoterrorismo y el crimen organizado. Ahora solo faltan los radares.

* Marta Escurra posee un doctorado en Defensa, Desarrollo y Seguridad Estratégica Nacional (IAEE)

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