Señor presidente:

Nunca olvidaremos el asesinato de nuestro compañero Pablo Medina, en octubre del 2014. La mañana del velorio, ataviada de pantalón negro y camisa blanca llegó a la humilde casita del velorio su correligionaria la diputada norteña cartista Cristina Villalba. Simuló un par de lágrimas mientras abrazaba a los familiares, se paró al lado del cajón, se persignó, caminó en medio de todos nosotros y se fue.

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Después nos enteramos que la señora que había estado en el velorio llamaba al entonces fiscal general del Estado Javier Díaz Verón a interceder en nombre del prófugo y asesino intelectual de nuestro compañero, el entonces intendente de Ypehû, Vilmar Acosta Marques, Neneco, con quien la señora diputada solía compartir alegres jornadas musicales. “¡Beleza pura!”, dijo Neneco cuando supo que Pablo ya estaba muerto.

Pablo Medina murió dos veces, señor Presidente. La primera vez en octubre de 2016; la segunda vez murió el 2 de marzo de 2022 cuando la misma “llorona” del velorio de Pablo Medina, la diputada cartista Villalba, usó el Congreso para cometer el delito de denigrar la memoria de un muerto. En su segunda muerte, Pablo Medina fue acribillado a mentiras, difamación y calumnias provenientes de quien “amadrinó” antes a un prófugo de la justicia.

El intendente de Ypehû, Vilmar “Neneco” Acosta Marques, no lograba que Pablo Medina escribiera o pusiera los títulos que él quería. Pablo no cesaba en sus denuncias, ni en sus escritos. Cuando Neneco vio que no era suficiente con demandarlo ante la justicia, contrató sicarios y ametralló su vida.

Cada vez que Ud. dispara verbalmente sobre la cabeza de los compañeros de ABC Color, nos acordamos de Pablo. Usted está enviando un mensaje demasiado claro al crimen organizado: la vida de quienes hacemos periodismo crítico no vale mucho ni para Ud. ni para su gobierno. Usted está haciendo saber a los criminales que hay desprotección, y que hasta podría haber impunidad dado que el primero que avasalla es Ud. mismo, mostrando desprecio a los desprotegidos cronistas que le formulan preguntas y en quienes Ud. descarga su ira.

La parte más decepcionante es que no teme MENTIR para instalar mentiras. Esta semana escupió a nuestro compañero que nuestro diario nunca dijo nada del déficit fiscal del gobierno de Mario Abdo Benítez, cuando hay decenas de tapas y furibundos editoriales. Cuidado Presidente con lo que anda haciendo. Ud. pone la mira para su enojo; otros podrían aprovechar esa mira para desatar violencia. Ud. podría irse del poder con los listones negros con los que antes se fue de su gobierno Horacio Cartes.

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