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¡Cómo lo extrañamos! Como usted no hay otro. Aquí hay hoy uno que quiere ser más o menos igual, pero no le alcanza. Creo que solo le puede competir en el trago, pero hasta ahí. Y tenemos un presidente, migeneral, que según el dilecto amigo y preclaro correligionario don Gustavo Leite, solo hace “boludeces”. Magínese, como decía otro correligionario en el Sillón de López.
El 3 de noviembre es una fecha feliz porque nde niko re-nacé, migeneralestrone. Pero durante su patriótico gobierno nos regaló otras fechas felices, como, por ejemplo, el 22 de marzo de 1984, cuando le ordenó al ministro Sabino Augusto Montanaro, una especie de Jatar con bigotes, que cerrara el pasquín de Zuccolillo. Así se hace patria, mi líder, mi único, mi inolvidable, mi ingüeroviable líder. Después nomás vino esta ñembodremocracia y volvieron a abrir ese diarucho.
Esta Constitución inútil hoy nos impide cerrar este periodismo de cuarta, como dijo la ilustre compatriota Yamy Nal, a quien los compañeros llaman cariñosamente Doña Filtro y su dedo del medio. Los periodicuchos deben ser eliminados. Si no fuera por esta Constitución…
Pero estamos pensando (sí, entre nosotros hay gente que todavía sabe lo que es pensar), en una nueva Constitución. Hoy tenemos mayoría en todas partes. Mayoría de correligionarios y esos liberales vendido-partida que se acercan a nosotros como la cucaracha al azúcar. Y de otros partiditos también. Tenemos, por ejemplo, esos etcéteras de Payo Cubas. Manga de inútiles, pero hoy son nuestros inútiles. Levantan el brazo en favor de nosotros. Algunos cobran caro. Otros son baratijas, pobrecitos.
Con esos podemos hacer una constitución como la de 1967. ¿Verdad, migeneral? Vamos a garantizar la libertad de prensa. Hay que hacer creer que somos democráticos. Si no, esas oenegés nos van a hacer la vida imposible. A esas también hay que eliminar. Hay que apurarle al Dionisio ese. Que mueva sus grasas para logra el objetivo.
En la Constitución del 67 los muchachos pusieron ese inteligente artículo 71: “No se permitirá predicar el odio entre los paraguayos ni la lucha de clases, ni hacer la apología del crimen o la violencia”. En la Constitución que pensamos, habrá que poner lo mismo y reglamentar bien eso con una ley totalmente a nuestra manera. Todo aquel que critique al Superior Gobierno o a sus egregios miembros será pasible de tuerca, tuerca, tuerca, como decía el Jatar de aquellos tiempos.
Me despido de usted, migeneraltestrone. ¡Feliz cumpleaños! Ilumínenos con su luz perpetua para que podamos apagarles definitivamente la luz a estos plumíferos esbirros del maligno.