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La campaña apunta a crear conciencia de que el cuidado del ambiente es responsabilidad de todos, y que la mejor estrategia es evitar ensuciar.
El “rastrillaje” posibilitó eliminar basura de todo tipo: neumáticos, plásticos, botellas, polietileno, hasta pañales, arrojados en el área que rodea el arroyo y que luego terminan en el curso de agua.
La enorme cantidad de basura retirada puso al desnudo lo puercos que somos y la grosera ineficacia de las instituciones públicas que tienen entre sus funciones el cuidado de la limpieza y de la salud pública a través de un ambiente sano. Tanto la Comuna, de primaria responsabilidad en la limpieza urbana, como el área de medio ambiente de la binacional Yacyretá (EBY), entre sus funciones está el mantenimiento y limpieza de los cauces hídricos en su zona de afectación.
La EBY mantiene un ejército de planilleros con jugosos sueldos, pero es incapaz de mantener limpio siquiera el curso del pequeño arroyo que pasa a escasos metros de sus oficinas administrativas en el barrio Buena Vista. Maneja un millonario presupuesto anual, que nadie sabe dónde va a parar, porque en limpieza, categóricamente no.
El “rastrillaje” hizo notar también la grosera falta de vergüenza de los comerciantes del rubro de los neumáticos que pululan en el circuito comercial, quienes hacen sus buenos negocios con la venta de cubiertas a los turistas argentinos. Sin ningún empacho tiran su basura en los sitios baldíos, o el curso del arroyo Potî'y, sin importarles un pito el feroz impacto negativo que esto provoca al ambiente. La otra cara de la moneda de esta reprochable acción es la desidia de las autoridades municipales, incapaces de disponer algún control para evitar tal despropósito.
Conviene no olvidar que a lo largo del arroyo Potî'y se observan varios puntos de descarga de aguas negras, por parte de clubes deportivos y de otros ubicados en sus adyacencias.
Es loable la iniciativa de Conaquimb y de las instituciones que se sumaron a la patriada. Pero el “apytu’û” del asunto pasa en que entendamos que una esporádica limpieza no es la solución al grave problema. Pasa en que tomemos conciencia de que todos viajamos en el mismo barco, y de nosotros depende hacerlo rodeado de basura, o en un ambiente saludable y agradable.