Sufriendo a la ANDE

¡De no creerse! Desde dos semanas atrás, los vecinos del barrio capitalino Virgen del Huerto, como también los usuarios de la avenida Venezuela, somos testigos a la par de víctimas de la mala gestión de la ANDE. Es que un tramo de la mencionada arteria fue cerrado por obras de la estatal, las cuales tendrán una duración de aproximadamente 1 mes.

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Nos enteramos de esto… a través de mensajes en las redes sociales. Sin aviso previo, consultas o algún tipo de reunión con los vecinos, decidieron cerrar parte de la calle causando caos en el tráfico y molestias para los residentes. En mapas que hicieron circular, señalan calles adyacentes como “alternativas”, las cuales no se encuentran en buen estado y tampoco fueron reparadas o asfaltadas para los efectos mencionados. Y, para no desentonar, la Municipalidad de Asunción, que debería -porque para eso está- cuidar de los asuncenos, limitó su intervención a la adhesión al mismo comunicado. Sin comentarios.

En la gestión municipal ni siquiera vale la pena detenerse a hacer análisis alguno. Donde sí tenemos, o por lo menos teníamos mayores expectativas es en cuanto a la ANDE. Fundada en 1949, es desde entonces la responsable de administrar y distribuir la energía eléctrica dentro del país. No es poca cosa: El Paraguay es rico en recursos hídricos, y propietario del 50% de la hidroeléctrica más grande el mundo, pero no damos la talla.

Itaipú nos llenó de orgullo desde sus inicios allá por 1973, y a partir de su inauguración en el ‘84 estaba claro que Paraguay tuvo un antes y un después en lo que hace a la provisión de energía. También a partir de ese momento la performance de la ANDE cambió por la nueva envergadura de sus operaciones, donde la enorme cantidad generada se sumaba a las anteriores represas y se debía gestionar de manera segura y eficiente que llegue a todos los rincones del país.

En gran medida, esto se cumplió dentro de un plan nacional ejecutado profesionalmente y con una línea definida. La ANDE, que en sus primeras décadas destacaba por sus altos niveles técnicos, contaba igualmente con los mejores profesionales del mercado. Para el ciudadano común, era fácil reconocer la calidad de los equipos técnicos que trabajaban en los tendidos eléctricos y de mantenimiento de infraestructura. Esas mismas personas comentaban que realizaban sus trabajos con herramientas de alta calidad, la mayoría de estándares europeos.

En la jerga técnica, se hablaba de llaves “tipo Siemens” o botas de seguridad inglesas. Estos elementos no solo facilitaban el trabajo, sino garantizaban la seguridad y la precisión de las tareas asignadas. Los técnicos eran capacitados rigurosamente, y toda la institución gozaba de alta confiabilidad y reconocimiento público.

Todo esto está muy venido a menos en la actualidad. El ejemplo de la avenida Venezuela es solamente una muestra de la gestión deficiente. Una obra mal planificada e informada en forma inadecuada, que afecta a miles de personas, con calles cerradas sin tomar recaudos necesarios. Más indignación aún causa que, a pesar de todos estos inconvenientes causados, las obras avanzan -si se puede decir así- trabajando solamente de lunes a viernes. Y bueno, como dijera alguien no hace falta ser ingeniero para ser burro”, pero, como que llama la atención que contando con tantos profesionales actúen de esta forma.

Las comparaciones son odiosas, pero es inevitable hacerlas. Muchos años atrás, la ANDE no solamente era mucho más eficiente, sino que las intervenciones se realizaban considerando a la comunidad. Antes de iniciar cierto tipo de obras, se hacían estudios y se consultaba a los vecinos para minimizar inconvenientes y lograr adhesión. La mala gestión se traduce igualmente a los materiales y equipos utilizados. Los mismos fueron reemplazados por material de inferior calidad, y se traducen directamente a una menor durabilidad de las obras, como también afecta la seguridad de los operarios. Así que no deben sorprender la mayor cantidad de cortes, problemas de mantenimiento y reparaciones constantes, impensable en décadas pasadas.

La ANDE no está a la altura: Vendemos excedente energético porque no somos capaces de cubrir amplias zonas del país, y por culpa de eso la matriz energética sigue siendo deficiente. Institución modelo en su momento, hoy ni siquiera tiene un estándar aceptable.

La situación de la avenida Venezuela es la misma y puede trasladarse a todo el país: Usuarios reportando fallas y cortes frecuentes, demoras en la atención de emergencias y un deterioro general en la calidad del servicio. Tampoco dejemos de mencionar que, cualquier tipo de trámite es muy engorroso de llevar a cabo. Las necesidades -reclamadas a gritos- de la comunidad son síntomas claros de una administración que necesita urgentemente afirmar el rumbo.

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