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Este proyecto de ley traza la hoja de ruta de uno de los crímenes menos castigados a juzgar por las pocas condenas en la Justicia, el robo al Estado. Decimos que traza el plan porque es como si el proyectista se convirtiera en el Nostradamus de la política paraguaya, que lanza un salvavidas a los futuros condenados.
El anuncio es que los próximos corruptos que sean cachados con las manos en la lata tendrán la posibilidad de devolver lo que se pilló y por esa módica suma pueden acceder al ¡50 por ciento de descuento en su condena! Lo que sería como el black friday en el mercado de la corrupción, una ganga.
Dicho proyecto dicta: “cuando el hecho punible haya ocasionado un perjuicio patrimonial al Estado, el marco penal aplicable podrá ser atenuado hasta el cincuenta por ciento de la pena aplicable si es que el autor o partícipe, voluntariamente, repara el perjuicio patrimonial ocasionado”. Estas palabras denotan un acto totalmente discriminativo para los ladrones del sector privado, que no tendrán la misma posibilidad.
Qué gran aliento se da al contribuyente que mes a mes contribuye a los “aparatos estatales” que ocupan esos sitios porque fueron votados o nacieron nepobabies. Si esto se aprueba, o tiene sanción ficta, todos los corruptos podrán devolver solo lo que se pudo comprobar que robaron, y podrán ir a disfrutar de la reducción de su condena posiblemente en una quinta con todas las comodidades que requiere ser un honorable corrupto que devolvió algo de lo robado.
Imaginamos que los pobres pillados, tras la aprobación de este proyecto, automáticamente dejarán de lado las malas prácticas por el temor que les puede dar tener que devolver parte de lo que pudieron escamotear de algún presupuesto para obras nunca realizadas.
¡Imaginen correr el riesgo de tener que devolver el dinero robado! ¿a qué mente lúcida se le pudo ocurrir tal contribución? Posiblemente esto hará que muchos desistan de acompañar a mano alzada durante la lectura del orden del día.