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Cierto. Por lo menos desde el 2008 Cartes vende cigarrillos en EE.UU. a través de Tabesa. Es decir, en uso de sus atribuciones EE.UU. ha nominado a una empresa que hace negocios en su país, con su sistema financiero. En el pasado EE.UU. ha metido preso en Miami al mismísimo socio de negocios tabacaleros de Cartes -el brasileño Roque Fabiano Silveira, el hombre que llevó la carta de pedido de dinero de Dario Messer a HC-. Tabesa fue certificada inicialmente en ocho estados yanquis; en el 2012, Cartes dijo que ya vendían en más de 20 y que pagaban el Master Settlement Agreement (MSA), cánones anuales para compensar costos de salud pública asociados al tabaco. Para el 2017, Tabesa dijo que vendían en 17 estados.
Falso. Esto es una venganza por el antiglobalismo de Cartes. Cartes es intrascendente en el mapa del globalismo y antiglobalismo. Durante su mandato se alió con todos los gobiernos que pudo: los discursos de patria, dios y familia saltaron convenientemente recién en la última campaña electoral.
Cierto. La OFAC vino contra Tabesa, no contra Cartes. Los cartistas fueron casi todos a solidarizarse con el Patrón porque es más conveniente convertirlo en víctima que en victimario del sistema: Cartes en realidad es un PEP, una “persona expuesta políticamente” (personas que ocuparon y ocupan cargos públicos de relevancia según reglas de control de activos, válido también en Paraguay según la ley de Seprelad). Y esto lo sabe desde Cartes hasta el último de sus asesores por lo cual todavía suena a una ENORME chambonada haber desafiado una nominación de la OFAC fuera del plazo impuesto y en cuentas no controladas.
Falso. Fuera el embajador estadounidense acaba el problema. Detrás del embajador se visibilizan estas instituciones según el comunicado y los discursos: Departamento del Tesoro, la OFAC, el Departamento de Estado, agencias de inteligencia y defensa. El proceso dirige el Consejo Nacional de Seguridad (NSC) que coordina desde la Casa Blanca.
Falso. Cuando se vaya Joe Biden estaremos mejor. Fue en el primer año del gobierno de Donald Trump donde cayó la daga más filosa de EE.UU. sobre Horacio Cartes y sus negocios. Nuestro entonces Jefe de Redacción, Armando Rivarola, se reunió con los número uno de varias agencias que concluyeron sus investigaciones en ese año.
Las falsedades no duelen tanto como el haber convertido una empresa y a su patrón en asunto nacional. Horacio Cartes y Santiago Peña han reducido el Paraguay a una Republiqueta cigarrillera.