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Lo ocurrido el 14 de febrero pasado cuando destituyeron a la ex senadora Kattya Gonzalez demuestra la falta total de respeto a los 100 mil votantes que obtuvo la ex parlamentaria. Se pusieron todos en contra de ella los 23 senadores que son sumisos y vendidos como lo señaló el doctor Ignacio Iramain en una de sus intervenciones en el Senado. El doctor Iramain reemplaza a Kattia González como representante del Partido Encuentro Nacional. Es una persona muy ética y les advirtió a sus colegas que pueden cortar todas las flores pero jamás detendrán la primavera. En alusión a un poema de Pablo Neruda.
Los Senadores forman un abroquelamiento o una protección férrea ante una persona que consideran peligrosa. Lo mismo quisieron hacer contra Celeste Amarilla y en diputados a Rocío Vallejo por ser voces que disienten y opinan diferente. Los parlamentarios que investigan la corrupción en el gobierno y la denuncian corren el peligro de ser expulsados. Esto es muy peligroso porque atenta contra el Estado de Derecho. Necesitamos parlamentarios que tengan coraje y valentía y estén a favor de los sectores más vulnerables. Esta gente son los más pobres que necesitan remedio y hospital. Necesitan trabajo y seguridad. Necesitan educación y vivienda.
Necesitan transporte público y regulación de los precios de la canasta familiar. Necesitan mucho para estar mejor y llevar una mejor calidad de vida. No solamente tienen derecho a estar mejor los amigos y parientes de los cartistas sino todos los paraguayos que vivimos en este país.
Así como están las cosas podemos retornar a la vieja época de la dictadura que ya queremos olvidar. Hace dos días Horacio Cartes convocó a todos los ministros en la Junta de Gobierno para que les rinda cuenta de sus gestiones. Nos hizo recordar la ´época del único líder y del salvador de la patria que no nos gustaría volver a vivir. En una sociedad donde buscamos la libertad y la justicia social no puede existir una única figura que concentre todo el poder y todos se arrodillen. Es algo muy humillante y denigrante. Es una falta de dignidad y decencia.
Los verdaderos opositores tienen que asumir su protagonismo. El parlamento tiene que recuperar el interés de la ciudadanía y la esperanza. Tiene que concentrar todas las voces que motiven y entusiasmen. No ser un reality show de chismes o escándalos. La gente común queremos que sea un faro de luz que nos saque de este mar de confusión en que estamos envueltos y somos arrastrados. Los opositores que están dentro del esquema del gobierno deben ser visibles y levantar el tono de su voz bien alto y claro. No alinearse como velas y vender sus conciencias traicionando a su gente. Nakayama que era una gran esperanza salió de su partido que fue quien le permitió ganar su curul. No está bien no ser coherente. No está bien la deslealtad ni la infidelidad. Es hora que los paraguayos reflexionemos y exijamos que exista una verdadera oposición para no caer en una dictadura que controle todo.