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Si bien se trata de un pensamiento o un sentimiento hacia nuestras raíces, valores, costumbres, historia y cultura, el concepto se extiende a más. En cuanto a las raíces, hay que valorar lo auténticamente nuestro que son las pertenencias culturales, como el idioma guaraní. Una lengua tan rica y dulce que recién ahora estamos aprendiendo. Aprender a leer y a escribir. A comunicarnos de manera tan expresiva como nuestros antepasados y sentirnos orgullosos de nuestro idioma. Las polcas y guaranias son hermosas y apreciadas en el mundo entero. La gastronomía, el tereré, el poncho de sesenta listas y la poesía en guaraní, cómo no admirarlos si son únicos y especiales.
Que lindas cosas tiene el Paraguay: sus paisajes con lapachos, lilas, rojas, blancas y amarillas. Sus lagos, cerros y arroyos. Sus plantas medicinales ancestrales. Sus arpas y guitarras. El canto de la selva con los sonidos del pájaro campana. Nos identifica el sombrero piri, los mitos y las leyendas.
Nuestra identidad nos habla del carácter y la personalidad muy amable del pueblo paraguayo. De su inmensa cortesía siendo tan abierto y hospitalario. Todo esto no necesita rigores científicos. A cada paso que damos en el cotidiano vivir nos encontramos con personas tan cálidas y amorosas.
Tenemos tierra fértil y mucha agua. Un sol espléndido y mucha vegetación natural. Realmente nos toca un paraíso terrenal donde en una hamaca paraguaya todavía podemos tomar una siesta con el concierto de las cigarras. Y en Navidad celebrar con clericó al lado del pesebre con olor a flor de coco y muchas frutas de estación que son piñas, uvas, melones y sandías.
Pero tal vez no todo es perfecto. Sobre todo si leemos la historia y vemos la política actual es mucho lo que hay que corregir. Dios nos regaló un sitio maravilloso para vivir. Y también hemos sido gobernados y seguimos con personajes que no son patriotas y hacen mucho daño al Paraguay. Gente que se coloca en el poder y pone a todos sus amigos y parientes en las instituciones públicas sin ningún mérito y con jugosos salarios. Gente que roba sin contemplación el dinero del pueblo. Llevan toda la plata a su casa y no cuida a los compatriotas.
Los paraguayos no merecemos esta clase de gobernantes inútiles y corruptos. Necesitamos patriotas verdaderos que protejan el dinero de todos. Necesitamos educación y salud, trabajo y seguridad. Necesitamos obras públicas en rutas puentes y viviendas que sean baratas y duraderas.
No puede ser que nuestros compatriotas viajen al extranjero a buscar mejores horizontes o existan niños en las calles pasando hambre. No puede ser que nuestros hermanos indígenas pidan limosnas siendo que son los verdaderos dueños de las tierras. No puede ser que tanto jóvenes estén perdidos con las drogas. Los gobernantes tienen que ser más patriotas recordando a los héroes que lucharon por nuestra independencia y a los abuelos que dieron sus vidas en el campo de batalla. Tienen que amar a su patria cuidando a su gente y demostrando con compromiso que son limpios y honestos. Con mucha dignidad y ética. Eso hace falta.