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Doña Juana era una señora de sonrisa amable, a la que todos los días saludaba de camino al colegio al pasar frente a su casa, mientras ella regaba sus plantas. Tenía un semblante calmo y una tímida alegría. Un día vi la vi más apagada, le di el saludo, pero apenas contestó. Días después, la vi con un moretón en el ojo, y el saludo ya no fue devuelto. Pasó poco tiempo hasta que ya no la vi por varios días hasta que me crucé con las patrulleras que estaban frente a su casa, confirmando que fue asesinada. La policía solo acudió al lugar porque el dueño de la despensa del barrio no la vio en mucho tiempo. Doña Juana había hecho al menos tres denuncias en la policía, las cuales fueron retiradas a días de haberlas hecho.
Juana fue una víctima más de feminicidio que no contaba con una ley que, con una lucha histórica de mujeres organizadas, con una campaña que penetró hasta las organizaciones más conservadoras, en busca de una herramienta que las proteja, lograron articular una fuerza política nunca antes vista, transversal a las diferencias ideológicas y partidarias ante una realidad agobiante: los asesinatos y la violencia hacia las mujeres.
Sin embargo, ahora hay quienes pervierten la ley para censurar críticas a su gestión como autoridades públicas, incluso cuando estas se hacen en forma jocosa y humorística, como el caso de de la cuestionada senadora Norma Aquino (Yamy Nal) contra la colega Leticia Medina. La respuesta a la legisladora quedó clara, decimos con fuerza y firmeza “sin miedo y sin filtro”.
El otro objetivo es desprestigiar esta herramienta jurídica para derogarla, lo cual expondría a víctimas de violencia a los violentos, abusadores y asesinos, intención que el mismo Bachi Núñez manifestó el día en que se celebró el día de la mujer paraguaya, a la que en vez de reivindicar como reconstructora de la patria, amenazó con despojarle de un derecho conquistado.
Las autoridades públicas decidieron ingresar y exponer su vida a la crítica pública; sin embargo, no soportan que la ciudadanía cuestione su actuar incoherente e inescrupuloso, y de manera autoritaria, utilizan una ley que fue creada para proteger a víctimas de violencia, para sostener sus privilegios y aferrarse a sus cargos.