Apresar a un preso

Vivo en un país donde todo se desvirtúa, en donde la leche es cerveza, el zorro es un agente de policía, la Penitenciaria Nacional de Tacumbú es un hotel.

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Los cuidacoches hacen huelga, el partido de fútbol tiene tres tiempos, el casco se pone en el brazo y no en la cabeza y Chespirito: el paraguayo, me parecieron oportunas estas palabras del periodista y escritor Ricardo Ramírez de su libro “El vyrorei Ilustrado”, haciendo hilo con el Operativo “Veneratio”, en el penal de Tacumbú, donde unos 2.000 agentes entre Policías y Militares tuvieron que apresar a un preso, a Javier Rotela, líder del clan Rotela.

Algo terrible diríamos apresar a un preso que gozaba claro de las bondades que ofrece la mafia dentro de las cárceles en complicidad con las autoridades de turno de varios largos y eternos gobiernos colorados.

“No olvidemos que en el Paraguay puede ocurrir cualquier cosa”. Felicitaron al Gobierno de “El títere Chanti Peña” como lo bautizaron las organizaciones sociales al presidente de la República, Santiago Peña, y a sus impresentables ministros calificados por un colega como “cadáveres políticos”, Enrique Riera, ministro del Interior y Ángel Barchini, ministro de Justicia nada más y nada menos. Políticos de larga trayectoria en contra del pueblo pobre y trabajador.

Aplaudieron la forma en que colocaron a los presos casi sin ropa y esposados, sentados uno tras otro, una copia fiel del salvadoreño Nayib Bukele.

“Veneratio” alimento el morbo social y colocó al Gobierno como que “quiere hacer bien las cosas” apresando a un preso.

Paraguay no termina nunca de sorprendernos ya que las estupideces, y los dispares y la lucha contra el narcotráfico son tema de conversación. Y en un soplo del día a la noche “Felicitan al Gobierno”, manejado por Horacio Cartes.

Agradecemos a Dios y la Virgen por tener trabajo siempre se dice. Un trabajo en el cual son explotados y muchas veces ni siquiera cobran el mínimo ni aguinaldo.

Estos operativos le encantan a la gente. Así como las películas y series sobre narcos, drogas, armas en donde el malo parece bueno y el bueno parece malo. Tanto gusta a la gente que se volvió cool parecerse a un narco, con ese corte de pelo, musculoso, tatuajes, etc.

Esperemos que el festín de fin de año “Veneratio”, logre el debate social y ciudadano sobre otros temas que, si son más importantes que “Felicitar” a Santi Peña, Riera y Barchini y sus demás cómplices. Paraguay es un país muy especial y capaz logremos que el vyrorei se convierta en algo mas serio.

clopez@abc.com.py

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