Cenando con Jesús

En medio de tantas noticias que indignan, de tanta gente sinvergüenza, de tanto crimen organizado, de tanto nepotismo de tanta seudomonarquía tercermundista, la iniciativa apolítica y arreligiosa llamada “Cenando con Jesús” viene hoy, en vísperas de Navidad, a darnos un soplo de aire fresco. Una oportunidad de compartir con quienes no tienen con quien pasar la Nochebuena. Una oportunidad de dar lo más preciado que tenemos: el tiempo, hoy de 16 a 19. Este es el número para quienes quieran ayudar: 0971 771 475.

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La iniciativa Cenando con Jesús Nació hace 20 años de la mano de Kira y Sasha Evreinoff y año a año fue creciendo hasta ser replicado internacionalmente.

Cenando con Jesús no se trata solo de donar alimentos, objetos o dinero, sino de compartir tiempo de calidad con aquellas personas que no están pasando por un buen momento, explica Sasha Evreinoff uno de los creadores de la iniciativa. “Cenando con Jesús es compartir con quienes más necesitan el 24 de diciembre de 16 a 19 horas en hogares, hospitales, asilos, barrios carenciados. Solo es cuestión de comunicarse al número de celular y coordinar a qué lugar ir para ofrecer ayuda.

“Vos decidís si querés compartir con abuelitos, con abuelitas, con personas que estén en hospitales o carenciados de su libertad, que están en una penitenciaría. Vos decidís con quién compartir. No aceptamos dinero y los donativos que se agarran son los que uno lleva al hogar que uno eligió”, había declarado Evreinoff.

De acuerdo a la organización lo que cuenta es el gesto de compartir. Se trata de una iniciativa transparente. Porque no se recibe dinero. Porque eso se presta a suspiciacias. El asunto, como sostiene la organización, no es ‘toma te doy’, sino en realidad es involucrarse, ir a sentarse, compartir en una Navidad diferente, que la solidaridad no sea tan fácil como meter la mano en el bolsillo, sino hacer otro tipo de inversiones emocionales.

“Nosotros les invitamos a que vivan la experiencia de Cenando con Jesús porque da gusto sentir la sensación del milagro, de la multiplicación de los panes, porque estamos nosotros esperando ahí a las 16 horas, va llegando la gente, tenemos los comensales que están esperando que nosotros les sirvamos la comida y de repente tenemos un pollo, después viene otro con otro pollo y se va dividiendo el pollo, preparándose en cada platito y para servir a la gente y es increíble cuando terminando la jornada nosotros tenemos abundancia es una sensación espectacular”, describió Evreinoff invitando a vivir una a experiencia distinta.

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