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El comunicado objeta que la opinión pública paraguaya haya podido tener acceso a puntos de vista distintos a lo que en el escrito se denomina “el consenso climático”: “Esto ha fomentado una cultura de desinformación y polarización entre dos sectores claves para el desarrollo sostenible de nuestro país: los productores y las organizaciones de conservación”.
El concepto “Consenso” (“Del lat. consensus. 1. m. Acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos. Sin.: conformidad, concierto, convenio, pacto, avenencia, asentimiento… anuencia”) no significa verdad, ni descarta presiones indebidas para imponerlo.
Según estas empresas/sucursales (ONG), está mal que el público tenga acceso a una pluralidad de puntos de vista y descalifica a quienes se atreven a plantearla: (William) “Happer rechaza el consenso científico sobre el cambio climático desde hace más de dos décadas, lo que incluso en 1993 le costó su puesto como Director de Investigación en Energía en una agencia federal en el gobierno de aquel entonces. Además, es miembro de CO2 Coalition, un grupo de interés que sostiene la idea de que el aumento de los niveles atmosféricos de CO2 beneficiará al mundo”.
Como si esta “Coalición por los Bosques” no fuera un grupo de interés y como si cancelar a alguien como Hakker fuera algo bueno.
Parece ser que estas empresas/sucursales (ONG) olvidan que los grandes avances de la ciencia se produjeron contra el “consenso científico”, eufemismo para encubrir al dogmatismo, por ejemplo, Galileo solito contra el “consenso científico” de su época. La “Coalición por los Bosques” se erige en un nuevo Roberto Bellarmino para volver a condenar a la crítica científica.
Estas empresas/sucursales (ONG) insisten con eliminar el pluralismo informativo, en su revelador comunicado: “Esto se contrapone con la abrumadora cantidad de estudios de la comunidad científica sobre el cambio climático que demuestran que el aumento del CO2 afectará negativamente el bienestar de la humanidad, e incluso, irá en detrimento de la productividad agrícola”.
Estas empresas/sucursales (ONG) consideran que la gente es estúpida y que necesita tutela para evitar “que se pierda”: “Consideramos esto un hecho grave ya que manipula esta corriente de pensamiento a su beneficio, lo que incentiva prácticas perjudiciales para el ambiente y las personas”.
Estas empresas/sucursales (ONG) redoblan su crítica al derecho del pueblo a informarse, pretenden criminalizar la crítica y establecer la censura: “La Coalición #PorLosBosques defiende la libertad de expresión con responsabilidad y rechaza enérgicamente las narrativas e hipótesis defendidas por ambas personas, ya que no están respaldadas por datos fidedignos, ni por estudios técnico-científicos”.
Estas empresas/sucursales (ONG) evidencian así su intolerancia dogmática, claramente fascista.
evp@abc.com.py