Enfermedades sociales y dengue

Un estudioso español, Dr. August Corominas, describió en un artículo publicado en la página de la Real Academia Europea de Doctores (RAED) lo que denomina “enfermedades sociales” y las describe como aquellas que afectan a la sociedad en su conjunto, y marcan su estilo de vida.

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Cita ocho diferentes enfermedades características de los tiempos actuales, y menciona la “civilización”, que refiere a los hábitos de vida poco saludables; la “incivilización”, en la que hace referencia a que en los países no civilizados sus enfermedades sociales están relacionadas con las carencias alimentarias y falta de hábitos de higiene, como el paludismo y las diferentes zoonosis.

Otras “enfermedades sociales” detectadas por el científico son la “incomunicación”; “pobreza”, “colonización”, “cocacolonización”, “cambio climático”, y “factores de riesgos cardiovasculares”.

El que quiera ahondar en el tema puede ingresar a https://raed.academy/las-enfermedades-sociales-mas-graves-que-la-actual-pandemia/#::text=Las%20enfermedades%20sociales%20son%20aquellas,de%20beber%2C%20incluso%20de%20descansar.

Particularmente, creo que si incluimos en el parámetro de análisis a nuestro país y su “clase política” la lista se podría ampliar significativamente. Pero detengámonos por ahora en el segundo punto de la lista: el de la “incivilización”, y su paralelismo con la nueva-vieja problemática del dengue.

Durante una “minga ambiental” organizada por la Séptima Región Sanitaria y el Senepa, el jueves pasado, en un barrio encarnaceno se pudo observar una gran cantidad de viviendas con sus patios convertidos en vertederos de basura.

Esa imagen refleja el resultado de un modelo educativo en la enseñanza de hábitos saludables, y el fracaso y desidia de los líderes sociales de la comunidad, quienes tienen contacto y ascendencia directa en los diferentes estamentos de la comunidad.

No vemos, por ejemplo, a concejales municipales o departamentales con sus “punteros políticos” que así como en campaña recorren casa por casa pidiendo votos, se ocupen de hacer esos mismos circuitos enseñando a su pueblo que, si eliminamos los criaderos de mosquitos, prevenimos una enfermedad de consecuencias para la salud pública y la economía del país.

Definitivamente, deberíamos agregar a la “clase política” de nuestro país como una de nuestras “enfermedades sociales” que nos mantiene en la pobreza y el atraso. Una enfermedad que se cura con educación y sentido crítico.

jaroa@abc.com.py

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