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En un ida y vuelta de denuncias entre ambos gobiernos, tres lecciones emergen con claridad, abriendo un camino hacia adelante.
La primera, es que existe la posibilidad real de usar en territorio nacional toda nuestra energía de Yacyretá, si hay voluntad política. Ello implica también la posibilidad de venderla a otros países desde Paraguay, sea a la misma Argentina, a Brasil o Uruguay.
La segunda lección es que la arbitrariedad con la que se ha manejado Yacyretá a la fecha debe ser solucionada de raíz, auditando las deudas de forma transparente y organizando un esquema de manejo soberano.
Esta crisis ha demostrado que la binacionalidad no es una camisa de fuerza que obliga a ceder ante las imposiciones del socio, sino que existe un Yacyretá Argentina y un Yacyretá Paraguay, y es ahora el desafío actual avanzar hacia una reingeniería de la entidad.
La tercera lección, es que es menester plantearnos las preguntas correctas, para encaminar soluciones acertadas. ¿Qué intereses se encuentran detrás de los hechos acontecidos? ¿Qué trabas al desarrollo nos dejan ver? ¿Qué caminos para solucionar las problemáticas tenemos, para el bienestar del país y la región?
Un recuento de los hechos
La tensión inició con el cobro unilateral de peaje a embarcaciones paraguayas en la hidrovía Paraguay-Paraná por parte de Argentina.
Por qué se retuvieron dichas embarcaciones y no otras, y por qué en esa localidad y no en otra, son aspectos a analizar más a fondo, de manera a comprender los intereses detrás en este escenario.
Entre otras medidas, el gobierno paraguayo decidió suspender la cesión de energía de Yacyretá a Argentina, que, al igual que Itaipú, es cedida por un monto por debajo del precio de mercado, basándose en el Tratado firmado, copy paste del de Itaipú.
Argentina se vio obligada a comprar de Brasil la energía que no recibió por cesión de parte de Paraguay, a un precio cinco veces más alto, mostrando el potencial existente en la comercialización de energía paraguaya.
Posteriormente, el gobierno volvió a ceder la energía paraguaya a Argentina, y sostuvo que se llegó a un acuerdo para saldar la deuda pendiente que Argentina tiene con Paraguay, por falta de pago por la cesión de energía en el 2022.
Acorde al gobierno, Argentina se había comprometido a realizar tres pagos de 12.000.000 USD, por la deuda del 2022 de 36.000.000 USD. Sumando la cifra de la energía cedida en lo que va del 2023, la deuda llegaría a 90.000.000 USD.
En total, tanto la deuda de Argentina con Paraguay, como la deuda de Argentina con la Entidad Binacional Yacyretá, asciende, acorde al gobierno, a 150.000.000 USD. Lo hasta ahora recibido es de sólo 6.000.000 USD.
Comunicados y desmentidos
El Equipo Económico emitió el domingo un comunicado denunciando que Argentina no cumplió con el plan de pagos acordado, y destacando que el país vecino pone en riesgo la integración regional pacífica.
El lunes, también a través de un comunicado, Yacyretá lado argentino, desmintió al equipo Económico, sosteniendo que en ningún momento se acordaron cuotas mensuales, y lamentando el accionar de las autoridades paraguayas.
El martes de tarde, el Presidente se reunió con el Director paraguayo de Itaipú, y definieron que seguirán el diálogo, mientras que la cesión de energía fue regularizada, y no se presentaron nuevos datos.
Por su parte, Yacyretá Argentina sostuvo que en la última reunión del Comité Ejecutivo de la EBY, su director solicitó la conformación de un grupo técnico para el ordenamiento económico financiero que permita determinar las reales acreencias de cada parte.
Soluciones de fondo para el desarrollo
“Tenemos un compromiso verbal, eso hay que reconocer que siempre fue verbal, siempre se manejó así la entidad”, sostuvo Benítez, el director paraguayo de Yacyretá, tras la reunión con Peña ayer.
La ausencia de datos certeros sobre la deuda de Yacyretá, así como la irregularidad de no contar con documentos firmados, mientras se cede energía paraguaya, muestra, entre otras cosas, que la irregularidad viene siendo la ley en Yacyretá.
Se suman a ello la deuda aún no saldada por parte de Argentina a Paraguay por territorio inundado, que fue 80% paraguayo. Asimismo, la venta ilegal por parte de Argentina de energía paraguaya de Yacyretá a Brasil, por sumas millonarias; entre otros.
El Acuerdo Cartes-Macri, firmado en el 2017 y a la fecha no aprobado aún, ha sido otro elemento de discrecionalidad y arbitrariedad, más que una solución. Debe ser anulado por el Congreso paraguayo, para una solución real a presente y futuro.
Es necesario pensar, diseñar y ejecutar soluciones de fondo, que permitan que esta gran riqueza de todos los paraguayos, sirva al desarrollo integral del país y la región, sobre la base de la eficiencia, la transparencia y la soberanía.
* Especialista en Gobierno y Desarrollo. @cvuyk. ceciliavuyk@gmail.com