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Paraguay es un país riquísimo en recursos, que enfrenta enormes desafíos para dar el salto de calidad que necesita, y que puede dar. Es menester poner la lupa en los temas fundamentales, y empujar la pelota todos juntos para construir los consensos que como país necesitamos, hacia adelante.
Qué es el desarrollo
La Real Academia Española define al desarrollo como “Evolución progresiva de una economía hacia mejores niveles de vida”. Sostiene a su vez que un desarrollo sostenible es aquel “que, cubriendo las necesidades del presente, preserva la posibilidad de que las generaciones futuras satisfagan las suyas.”
En palabras sencillas, es lograr el mayor bienestar posible para todas las personas, organizado de tal forma que perdure en el tiempo y cuide el planeta.
En épocas pasadas, donde aún no había fuego, electricidad o vacunas, esto era mucho más complicado. Había mayores desafíos técnicos para dar solución a problemáticas que hoy están casi superadas, gracias al avance tecnológico de la humanidad.
A su vez, las relaciones humanas se han complejizado, pero con una mayor comprensión científica de las dimensiones sociales, económicas y políticas que las hacen. Ello permite abrir camino para ese desarrollo, donde la clave está en la organización de la humanidad.
Las preguntas son sencillas. ¿Qué recursos tenemos como país? ¿Qué experiencias han funcionado? ¿Qué hemos aprendido de las experiencias que no funcionaron? Con ello, tenemos las bases para una hoja de ruta, elaborar un plan, y avanzar.
Un periodo de transición
Estamos en un periodo de transición. A nivel histórico, nos encontramos en una transición económica, política, climática, energética, social. Coyunturalmente, con la asunción de un nuevo gobierno, que ya cumplió la mitad de sus 100 días, y aún se está asentando.
Paraguay es un país riquísimo en recursos de todo tipo, y con todo lo necesario para dar un salto de calidad al desarrollo. Cuenta con un enorme talento humano, joven y con experiencia, en el país y en el extranjero.
Tierras de las más fértiles en el país. Bosques que aún perduran. Agua aún abundante. Yacimientos de petróleo, gas, oro, plata, diamantes, titanio, uranio, zinc. Una ubicación geoestratégica en términos mundiales, y bajos riesgos de desastres naturales.
Creatividad y resiliencia de la más hermosa. Una inteligencia colectiva que superó grandes desafíos, y que construye día a día un país desde abajo. Humor, alegría, y nichos a explorar para potenciar la ciencia, la tecnología y la productividad.
Hacia adelante o hacia atrás
Aprovechar todo ello para el desarrollo integral es el desafío. Los absurdos de tener la mayor producción mundial de energía pero que se vaya la luz; de ser un productor mundial de alimentos y tener niñas y niños con hambre; o de contar con grandes yacimientos de agua y problemas de riego y de sed, muestran que necesitamos reorganizar el camino.
Los recursos, a su vez, son finitos. Esta abundancia con la que hoy nos encontramos, lentamente empieza a caducar, como lo muestran las olas de calor con temperaturas históricas, las sequías, y otros fenómenos más.
Es tarea nuestra como ciudadanía poner los debates sobre la mesa, antes que no lo podamos hacer más.
Existen claramente personas y grupos que se benefician de las trabas al desarrollo. Viven de ellas, y lucran unos pocos, a costa del bienestar de todos. Son taras históricas que arrastra nuestra historia, y que nos invitan a ser superadas.
Con un amplio debate y consenso ciudadano, lo podemos lograr. Experiencias históricas nos lo muestran, y requieren para ello un debate serio, transparente, solvente, y con el desarrollo real como horizonte.
Es momento de hacerlo, y avanzar.
* Politóloga, docente e investigadora (Paraguay), posgraduada en Desarrollo, Gestión Pública y Procesos Políticos (España, Brasil y Argentina). @cvuyk. ceciliavuyk@gmail.com