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A la falta de médicos especialistas, así como a la precariedad de los hospitales, ahora se le suma la tremenda politización de la salud. Esto hace que el personal de blanco e inclusive los administrativos no estén cumpliendo con sus respectivas tareas, para las cuales fueron contratados, y es gracias a la protección de los padrinos políticos.
Varios médicos y licenciados no estarían asistiendo a sus lugares de trabajo, o si lo hacen, es solo para marcar sus tarjetas de entrada y salida. Otros no estarían cumpliendo toda la carga horaria para la que fueron contratados, así al menos lo mencionó el nuevo director regional doctor Ariel Acuña, quien prometió mano dura para acabar con este tipo de privilegios en desmedro de una necesitada población.
Nadie duda de que la salud está “politizada”. Es toda una realidad y puede evidenciarse una vez más en las pasadas internas partidarias, y luego en las elecciones generales, de cómo el personal de blanco, en su gran mayoría, actuaba como operadores políticos, a favor de los respectivos candidatos, dejando de lado todo tipo de “ética profesional”.
Para evidenciar aún más la politización en el área de la salud, se menciona lo que está ocurriendo en el distrito de Carmelo Peralta. Aquí, varios médicos que trabajaban en el puesto de salud de la zona consiguieron con ayuda de políticos ser trasladados a otras zonas de sus preferencias, llevando consigo los rubros conseguidos tras reclamos de los pobladores.
La nueva ministra de Salud Pública, María Teresa Barán, había mencionado que Alto Paraguay está en su corazón. Ojalá que este sentimiento sea cierto, y encuentre la fórmula de acabar con estos privilegios, que conspiran contra la tremenda precariedad sanitaria de esta región chaqueña. No se puede ni se debe seguir soportando esta penosa realidad, en una de las zonas más necesitadas del país, porque aquí la gente muere por falta de médicos y medicamentos.