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Como si en el departamento faltaran problemas urgentes, los ediles de nuevo y como siempre lo hicieron: anteponen sus intereses personales, sin que les importe la suerte de los sufridos pobladores de esta parte del Chaco.
Sin tomar partido a favor ni en contra de los dos grupos que disputan la silla del ejecutivo departamental, creemos que entre los siete concejales que integran esta Junta Departamental hubiese primado, aunque sea por vez primera, un criterio de unanimidad en busca del bien común para el Alto Paraguay, y así poder culminar con lo que les resta de decoro, si aún lo tienen, estos últimos meses de gobierno.
Ricardo Duarte Filho (ANR) fue elegido por la mayoría de los concejales, para ocupar el cargo del exgobernador José Domingo Adorno, quien había renunciado para candidatarse a la diputación. Estos mismos ediles, o al menos 5 de ellos, recientemente deciden sacarlo nuevamente de su cargo y en su reemplazo nombran a Cinthia Benítez (ANR).
Los argumentos para cesar a Duarte Filho fueron que este realizó acto de nepotismo, al colocar a miembros de su familia como funcionarios de la Gobernación, la persecución al personal de la institución y el retiro de unos G. 10.000 millones del presupuesto, sin que se vean obras dentro del departamento.
Todas estas razones hasta parecerían valederas. Sin embargo, los concejales esperaron para sacar a Duarte Filho recién después de los comicios del 30 de abril, luego de que 3 de ellos que buscaban el rekutu no fueran reelectos. En tanto, el gobernador direccionó todos los recursos de la institución para lograr que su hermano, el exintendente de Carmelo Peralta, Domingo Duarte, acceda a la concejalía.
En este panorama político, de nula credibilidad hacia estos concejales, de nuevo priman los intereses personales, quedando relegados los intereses del departamento de una manera despiadada.