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Urge convocar a una nueva constituyente, en la que prime la objetividad y con fuerte dosis de patriotismo para reconstruir nuestra República. Con discursos y promesas no vamos a lograr el cambio, menos con los políticos de siempre, por lo que se impone una restructuración y reducir la alimentación de nuestros costosos parásitos, nuestros políticos.
El cambio real, a tener en cuenta en una constituyente, son los miembros de las juntas departamentales. No es mala idea eliminar las gobernaciones, pero es pedir demasiado, por lo que al menos se debe reemplazar, en el sentido en que, por ejemplo, en San Pedro contamos con 21 miembros en la Junta Departamental. Cuesta más de G. 200 millones al mes, solo en salario. Sería buena opción que cada intendente se constituya en miembro de las Juntas Departamentales, con un salario mínimo, más sus salarios de jefes comunales, con lo que ahorraríamos económicamente. Además, cada intendente conoce mejor sus distritos y se supone que pelearán más por beneficios de sus distritos en el gobierno departamental.
En el mismo sentido, que cada gobernador se convierta en diputado de la nación. También reduciríamos la cantidad de parlamentarios y gastos innecesarios.
El desafío debería ser elaborar una agenda país, con criterios técnicos, designar consejeros preparados en IPS, en las binacionales, Ande y otras instituciones con proyectos a corto, mediano y largo plazo, que apunten mas allá de los gobiernos de turno, que sea un plan país.