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A eso se suma el discurso de un tercero, apoyado y potenciado por algunos medios inescrupulosos, que buscan instalar que tendría posibilidades de ganar a una de las estructuras más fuertes y eficientes electoralmente hablando y también a la unión de varias agrupaciones políticas consolidadas en una chapa presidencial de la cual forman parte la segunda y tercera fuerzas políticas y electorales más importantes del país.
Ya en las elecciones generales del 2018 en la que compitieron Efraín Alegre y Mario Abdo Benítez, este último ganó por uno de los márgenes más reducidos de la era democrática, de unos 95.000 votos, con la participación de 2.597.989 electores de un total de 4.241.507 habilitados.
Según varios analistas, la historia podría repetirse con un margen incluso menor para estas elecciones. Esta situación también podría generar escenarios adversos, independientemente de quién resulte ganador, ya que restaría fuerza a quien lleve las riendas del gobierno para el siguiente periodo y podría perjudicar a la gobernabilidad.
Hay que considerar además que la mayor motivación para acudir a votar de quienes apuestan por un cambio de color en el gobierno, es que el partido de turno caiga y no así la propuesta de la oposición en sí. Sin embargo, también el hartazgo de la ciudadanía de que las instituciones no funcionan, privándola del acceso a una vida digna, cada vez que le niegan atención en un centro asistencial por estar los funcionarios en un acto partidario, cada vez que un niño hambriento pide monedas en la calle ante el abandono del Estado, a los hermanos indígenas tirados como despojos humanos que buscan ser atendidos en sus reclamos; cuando somos víctimas de asaltos, o las niñas vulneradas ante sus abusadores por la desidia de las autoridades, hoy podrían inclinar la balanza hacia un nuevo sistema.
Todos estos elementos configuran un escenario bastante incierto, que dejarán un panorama abierto en el que los partidos políticos en disputa pelearán hasta el último minuto voto a voto y que nos mantendrán expectantes hasta el final de la jornada electoral.