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“Nos llamaron como quisieron. Se arroparon con lo que creyeron durante toda nuestra historia que era su derecho, el de ofendernos, su legítimo derecho de violentarnos, y lo hicieron siempre a sus anchas y sin ninguna consecuencia. Nos llamaron ‘putitas’, nos dijeron ‘María’i, mi amor’ y nos quisieron silenciar como lo quisieron hacer siempre, porque nuestra voz molestaba, porque nuestra voz no era lo que esta historia machista acostumbraba a escuchar y entonces no supieron cómo reaccionar más que con la debilidad argumental de la violencia”, dijo Kattya González.
Ella defendió a todas las mujeres, sin distinción de partido, quienes fueron maltratadas en plena sesión.
Y como el diputado Basilio Núñez fue uno de los protagonistas del video, antes que disculparse dijo que las mujeres de partidos políticos minoritarios se victimizan y se hacen de las histéricas nomás por lo cual esos partidos deberían desaparecer. Es decir, a más de maltratar ahora también quiere evitar los espacios de poder para las mujeres que atinen a cuestionarlo.
Kattya González muchas veces fue llamada “histérica” por sus colegas pues expone de manera eufórica sus ideas. Sin embargo, la vara con los varones es muy benevolente. Bachi Núñez por ejemplo se pasa patoteando en casi todas las sesiones, insulta a todos los que le cuestionan, golpea su mesa e interrumpe las alocuciones de los demás sin ningún respeto, pero nunca nadie lo trató de histérico. El comportamiento del cartista ya no es nada nuevo, pero lo lamentable fue que durante la misma sesión las diputadas Rocío Abed (cartista) y Esmérita Sánchez (PLRA) justificaron el accionar machista a sus colegas alegando que dos diputadas –en alusión a Celeste Amarilla y Kattya González– se merecen ser insultadas por ser “histéricas”. Aunque ¿qué razonamiento lógico se puede esperar de una diputada que se proclamó ser “perrita de Cartes”?, reflejo del escaso respeto que se tiene. Lo más probable es que no sepa de sororidad o dignidad.