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Eso es innegable. Sin embargo, en los últimos días comenzó a divulgarse a nivel de chisme de barrio que la chapa conformada por Euclides Acevedo y Jorge Querey está recibiendo dinero de Cartes para sostener su candidatura hasta abril.
Luego de esos acontecimientos, algunos periodistas comenzaron a interpelar en entrevistas al senador Querey, quien negó esas acusaciones. Sin poner las manos en el fuego, porque la política es el arte de lo posible -malinterpretando un poco la frase-, parece poco probable que una figura como el actual senador transe con el cartismo, siendo que lideró durante muchísimo tiempo una comisión que se dedicó a molestar a Honor Colorado desde su conformación. Podemos cuestionar los resultados obtenidos, pero la realidad demuestra que lo intentó.
No sabemos si los operadores efrainistas como el analista que tiró lo de los US$ 500.000 tienen la venia del propio Efraín para instalar esos relatos, pero de que están intentando marcar la cancha para que Acevedo descabalgue al menor precio (políticamente hablando) es un hecho. Verdaderamente, utilizar esa estrategia no es tan efectiva y nos da la pauta de que la posibilidad de diálogo entre Acevedo y Alegre está distante.
Si Acevedo posee la sincera intención de plantear un gran acuerdo nacional con bases que incluyan temas importantes dentro de la lucha social, como la derogación de la ley Riera-Zavala, Efraín debe poner fecha y hora para debatir la viabilidad de un proyecto que esté más cerca de la tan mencionada alternancia y que por sobre todo mejor la vida de los paraguayos. Por cierto, ese segundo punto es lo más importante, porque bajo interpretación mía, la política está siendo reducida actualmente al simple electoralismo, dejando en segundo plano lo que debería ser su principal objetivo: construir una sociedad más justa.
Hay también por ahí algunos operadores de la Concertación que plantean que algunos sectores “ultraizquierdistas” no se suman a la chapa Alegre-Nuñez por motivos identitarios. Eso no es verdad. Lo que sí ocurre es que existen personas que no están convencidas en apoyar a Alegre por su colaboración con el juicio político que destruyó el único gobierno no colorado de la transición. Una observación válida para mi gusto, tanto como los cuestionamientos que recibe Soledad Núñez por no haberse enterado de los supuestos vínculos de Horacio Cartes con organizaciones delictivas durante su periodo como ministra.
En todo caso, son estos candidatos los que deben buscar la redención y así conseguir más adherentes, en vez de impulsar una campaña de hostigamiento a los que no están convencidos en el proyecto de la concertación.