Bomba de tiempo

En el transcurso del 2022 cuento nueve cortes prolongados (algunos dicen que son más) en la Ruta Transchaco de parte de grupos nativos, quienes mediante esta odiosa medida de fuerza, intentan someter al Gobierno a darles algo tan simple como víveres, agua y un techo, que son reclamos legítimos, pero mal encarados.

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Lo malo es que los sometidos son los chaqueños, de cuna o postizos, quienes sin esperar que el maná les llueva del cielo, deben trabajar, cultivar, producir, llevar o traer mercaderías o simplemente trasladarse bajo las mismas circunstancias climáticas que todos y esperar forzadamente horas enteras en kilométricas filas, mientras los protestantes miden fuerza con la SEN (Secretaría de Emergencia Nacional) en un juego tan ridículamente predecible que todos sabemos cómo termina; al final, tras la insoportable espera, los víveres llegan, la ruta se libera y ofuscados todos pasan profiriendo palabrotas en los más variados idiomas que van desde el guaraní hasta el “plattdeutsch”.

Lo inquietante es que la paciencia del que espera en la fila es cada vez menor, se viralizaron muchos videos que muestran a conductores temerarios traspasando la improvisada valla de neumáticos y ramas, acelerando amenazantemente y a la vez, nativos intentando detenerlos sin medir el peligro y presos de la adrenalina que confiere ese poquito de poder que les da decidir (por un instante) cuándo todos pueden pasar.

¿Será que la inutilidad estatal está incubando una desgracia al permitir prolongados cortes? ¿El derecho de quién vale al final, del que necesita asistencia o del que debe trabajar?

El gran nudo legal es que los derechos tanto del transeúnte como del nativo están garantizados en la Constitución Nacional, pero sin un mediador (que debe ser el Gobierno) los derechos se superponen frecuentemente en estas situaciones, interrumpiendo la pacata convivencia que caracteriza al Chaco.

Los cortes en la Ruta Transchaco son una peligrosa bomba de tiempo, puede morir alguien atropellado, alguien infartado o algún manifestante preso de un golpe de calor, pero ¿porqué tiene que ocurrir una desgracia para accionar?

Lamentablemente no lo sabremos hasta que ocurra.

natalia.ortiz@abc.com.py

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