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Según la Unión Europea y sus agentes en nuestro país, los paraguayos que pedimos la derogación de la Ley 6659 “Que aprueba el convenio de financiación entre la Unión Europea y la República del Paraguay para el programa de apoyo a la Transformación del Sistema Educativo en Paraguay y sus Anexos” somos la reencarnación de Herodes.
Sostienen en público, de lo que dan cuenta numerosas entrevistas en los medios, comunicados, pronunciamientos, posteos, marchas y actos, que el propósito que tenemos al pedir la derogación de la 6659 es dejar a los chicos del Paraguay sin alimentación escolar, pues somos fundamentalistas ignorantes fanatizados.
La propia embajada de la Unión Europea en nuestro país, que funciona a todos los efectos prácticos como un gobierno colonial paralelo, sostuvo que hemos “desinformado” sobre la Ley 6659, cuando los únicos que mintieron aviesamente son la embajada de la Unión Europea y sus agentes, como lo explico a continuación.
Los que nos oponemos a la Ley 6659 y pedimos su derogación hemos explicado, mostrando la ley y sus detalles, que la misma otorga fondos provenientes de la Unión Europea divididos en dos categorías, “apoyo presupuestario” y “apoyo complementario”; ambos bajo vigilancia, tutela y revocabilidad de la Unión Europea, como se hace con las colonias y que el “apoyo presupuestario” se usa para condicionar políticas públicas nacionales en materia educativa impulsadas con el “apoyo complementario”.
Por ejemplo, el “apoyo presupuestario” es el que financia, con tres millones y medio de euros, el alimento escolar para Asunción, sólo para Asunción pues el del resto del país se paga con recursos propios, y esa cifra, que representa el cero coma tres (0,3) por ciento del presupuesto general de gastos de la Nación, se esgrime para imponer las políticas que, vía ONGs y universidades afines a la Unión Europea, se financian con el “apoyo complementario”.
Así es como se impulsa, por tomar el caso más notorio, la implementación de los llamados “ejes transversales” del “Plan Nacional de Transformación Educativa”, que los toma completos, calcados, del Anexo I de la Ley 6659.
Todo en medio de un desbarajuste institucional deliberadamente impuesto al ministerio de Educación y Ciencias, lo que permite, y no por casualidad, a la Unión Europea y a sus gentes en nuestro país dictar la política educativa en nuestro país sin participación parental y sin control popular.
Por eso hay que derogar la Ley 6659, y todas las leyes “condicionales” que con limosnas nos presenta la Unión Europea en todos los ámbitos y por eso ya no hay que aprobar ninguna de las que vengan de forma semejante.