Humo negro para la Democracia

A poco más de dos meses para las elecciones internas partidarias resultaría interesante un pequeño ejercicio mental; nada complicado desde la perspectiva de un simple ciudadano, pero a la vez mucho más complejo y profundo si intentamos adentrarnos en los pensamientos de nuestras mal llamadas autoridades del Estado, ¿En que consiste?

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Simple, consiste en sincerarnos por un pequeño instante al pensar en qué es lo que realmente queremos de manera unitaria como ser humano pensante, y la vez, en qué es lo que merecemos como parte del todo en esto que llaman democracia.

Basta con ver las noticias a diario para sentir repulsión por el manejo que se está dando a la gran maquinaria que conocemos como Estado: Proyectos mal direccionados, dilaciones en la justicia, jueces y fiscales guardianes del amo o correligionario, legisladores ñembo aristocráticos que se la pasan comprando adeptos como si fuesen ganado.

El Estado como lo conocemos es una caja de Pandora con sorpresas desagradables para el común de los electores, y también un cofre del tesoro para los electos.

Suben los precios y el Estado no puede garantizarnos nada, solo nos toca dar más de nuestro exiguo salario para que los empresarios y amigos de los gobernantes no pierdan un céntimo en sus ganancias habituales.

Estamos en un nuevo periodo electoral y los amigos políticos se disparan con discursos ofensivos que nos ensordecen y llenan nuestras mentes de bazofia traducida en frustraciones, impotencia, e incluso miedo...

Cada cinco años se da inicio a un ritual de apareamiento que solo engendra pequeñas ratas, nuevos corruptos con toda una carrera política por delante. Mientras el dinero de nuestros bolsillos, los recursos de la cosa pública, terminan en lujosas quintas, grandes estancias, o en lo que sea que podamos imaginar como imposible para un trabajador normal y es prioridad para “Esos”.

jose.melgarejo@abc.com.py

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