Descarrilamiento

Vergüenza ajena dio el incidente que se produjo luego de la rehabilitación del esperado transporte de pasajeros por ferrocarril entre esta ciudad y la de Posadas (Argentina), a través del puente internacional.

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Detrás de la parafernalia del acto y de los encendidos discursos sobre la integración de los pueblos que se escucharon en la ocasión se encontraba agazapado un conflicto que tiró por tierra todo el esperanzador acontecimiento de contar con un medio alternativo para cruzar entre ambas orillas, sin tener que someterse al padecimiento de las interminables filas de vehículos como ocurre actualmente.

Un choque de intereses entre la empresa prestadora del servicio de transporte de pasajeros, “Casimiro Zbicoski SA”, y el Consorcio Itapúa Logística, adjudicada por Fepasa (Ferrocarriles del Paraguay SA) para la operación de la estación de cargas puso al usuario en el nada agradable papel del jamón del sándwich que se disputaban ambas empresas.

La iniciativa de Fepasa de entregar la administración de la venta de pasajes a una empresa privada ajena a la prestadora del servicio, y sin que esta siquiera esté enterada, tal como denunció su apoderado, Juan Ángel Cabrera, derivó en la enojosa situación en que las personas que pretendían abordar el tren y cruzar a Posadas no pudieron hacerlo porque la transportadora no les reconocía la validez del pasaje vendido por la administradora de la estación, y no permitían el acceso a quienes tenían boletos vendidos por la empresa operadora del transporte.

Si bien el tema fue resuelto mediante un acuerdo entre partes, todo apunta a que aquí hubo un conflicto de intereses manejado en forma sospechosamente chapucera, por decir lo menos.

Sería interesante que el titular de Fepasa, Lauro Ramírez, explique a la ciudadanía cuál es el papel que le toca desempeñar a una entidad que, si bien tiene carácter de sociedad privada, hasta donde sabemos el ferrocarril sigue siendo un bien del Estado paraguayo, y a dónde van a parar los recursos económicos que motivó el “descarrilamiento” de todo el asunto en su primer día de funcionamiento, y derivó en un lamentable manoseo a la gente que ansiosamente e imperiosamente necesita un medio de transporte alternativo al insufrible tráfico automotor sobre el puente internacional.

jaroa@abc.com.py

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