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Dice la primera línea de dicho comunicado que “La electromovilidad es incentivada y promovida en el mundo entero por una razón ambiental”.
La oración parece diseñada para asustar a los desprevenidos con el argumento del rebaño: Como todos lo hacen y porque todos lo hacen, debemos hacerlo también nosotros. Eso es completamente falso. No todo lo que hacen todos es correcto y no es cierto que todos están de acuerdo con esto.
Las “razones ambientales” de las que habla CADAM no son un dogma de fe, como pretende hacer creer el comunicado, sino parte de una controversia científica en la que parte de los elementos que se arguyen está muy lejos de haber recibido confirmación fáctica.
No está probado que las emisiones humanas de gases de efecto invernadero (las “razones ambientales”) sean la causa única del calentamiento global. La creencia de que lo son, es eso, una creencia.
Es la creencia de un grupo particular de personas con poder para imponer políticas que lo harán todavía más rico de lo que ya es, a costa de empobrecer a todos los demás imponiendo impuestos “mitigadores” o energías caras (1).
El hecho de que ese grupo de personas poderosas recurra habitualmente a la censura para suprimir y cancelar quienes se opongan a su creencia sólo confirma lo muy adentrados que estamos en el proyecto autoritario de estos mesiánicos que trabajan sistemáticamente para suprimir la crítica, elemento central y eje articulador de la ciencia.
Es muy didáctico leer, por ejemplo, la nota de Wikipedia sobre la controversia climática, por mencionar un ejemplo, donde se observa un esfuerzo sostenido por minimizar y desacreditar a los científicos que disienten con las mencionadas “razones ambientales”, confirmando que los creyentes toleran mal la duda y que manipulan lamentablemente hasta textos de referencia (2).
El proyecto vetado por el Poder Ejecutivo estaba redactado hasta la última coma según los lineamientos de ese grupo poderoso: Hacer pagar a lo menos favorecidos los costos de implementar las creencias de los más favorecidos. Imponer a los deliverys en moto el costo de los autos eléctricos para la “élite”.
CADAM no desmiente, en su comunicado, ni uno solo de los argumentos en los que se apoya el veto del Ejecutivo. En lugar de hacerlo enumera una serie de lugares comunes, usando un lenguaje coloquial propio de esas reuniones donde los “empresarios” cocinan sus privilegios, que nada tienen que ver con los daños que su proyecto puede ocasionar.
El cambio de matriz energética para ser democrático, debe ser el resultado de las fuerzas de la demanda en el mercado y nunca jamás la consecuencia de la imposición de un grupo de mesiánicos totalitarios y millonarios.