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Una cosa importante son los movimientos feministas como, por ejemplo, la de Argentina que logró el aborto legal, que lucha contra el machismo, que disputa los espacios de poder con los compañeros y, otra cosa, lo que últimamente vemos en nuestro entorno más urbano, el de un feminismo divisionista, unas aparte y la organización gremial y sindical por otra.
Hay que recordar que el movimiento sindical sobrevive a diversos ataques desde hace muchos años y que se ha corrompido a varios dirigentes con el objetivo principal de hacer desaparecer a los sindicatos.
Lo mismo pasa con los partidos políticos, tanto de derecha como de izquierda, ya nos han demostrado que estas combinaciones dentro de los sindicatos obreros de los trabajadores no dieron buen resultado, ya que no nos vamos para ningún lado y mucho menos hemos logrado aglutinar fuerzas. Hay nueve Centrales Obreras que responden a sus intereses personales que negocian con las patronales y con el gobierno de turno. Y otras centrales “progre” que nunca crecieron.
No debemos confundir que venimos apostando a lo gremial, a la lucha codo a codo con los compañeros y compañeras de diferentes sectores del campo y la ciudad y eso es hacer sindicalismo, apostar a la organización. Y discutir dentro de la organización la forma de hacer o incidir en la política. Cosa que hoy no existe porque no tenemos fuerza y no estamos los diversos sindicatos discutiendo realidades porque estamos dispersos.
Pero evidentemente estas divisiones forman parte de la dinámica social innecesarias que no suman y que la lucha es una sola y el enemigo común también. La lucha mayor es la organización y sectorizar excluye. Un sindicato o los sindicatos de las y los trabajadores no excluye, sino todo lo contrario nos une, porque la organización hizo y hará lo que tiene que hacer para proteger a sus afiliados y afiliadas.
Y si, existen grupos sectorizados, que por algo es y será, y si esos grupos quieren intervenir o hacer algo específico (acción en redes y demás) que lo hagan, pero eso jamás podría reemplazar a una organización que aglutina a todos y todas.
La organización siempre estuvo y estará abierta para acompañar cualquier reclamo y situación de incumplimiento de derechos humanos fundamentales sean estos de hombres y mujeres (DDHH sociales, políticos, culturales, género, etnias y minorías).
La lucha es de clases contra el sistema explotador capitalista y contra la precarización laboral que se sostiene. Los derechos humanos de las mujeres están adentro de esta lucha; no fuera y por afuera de la organización. La igualdad y la equidad es un proceso de lucha tanto de las mujeres como de los hombres. Por eso el objetivo no es fortalecer solamente tu sindicato si no juntarnos los sindicatos de varios sectores a discutir lo que vamos hacer y cómo nos vamos aglutinar en un mismo espacio de lucha y reivindicaciones.