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Y continúa “el radar primario… proveído por OMNI no funciona y es de menor alcance o inferior a lo pactado… pues el radar primario debía tener un largo alcance instrumental de… no menos de 370,4 km…pero se proveyó un equipo de…185,2 km”.
Y que “en el año 2018 se han recepcionado equipos informáticos en el Centro de Comando y Control (C2) del CIVA (Centro Integrado de Vigilancia Aérea)… en el año 2019… la emisión de la señal fue recibida en forma intermitente y esto fue evidenciado en varias operaciones que se han realizado…en donde no se visualizaron las trazas de interés en el radar primario y que a partir del 16 de noviembre del año 2021 se dejó de recibir en su totalidad en el CIVA imposibilitando el uso de dicho radar para las operaciones de vigilancia y control”.
Y añade que “actualmente ya no se cuenta con dicha visualización. En el CIVA también se cuenta con los equipos necesarios para la visualización de los datos, pero no es posible por problemas técnicos en la conducción de la señal… según informaciones provistas por los técnicos de la DINAC”.
“Con respecto al radar primario, para el control del espacio aéreo civil, militar y contra vuelos ilícitos se puede mencionar que la visualización y operación sobre la señal (...) a partir del 16 de noviembre del año 2021 se dejó de recibir en su totalidad en el CIVA, imposibilitando el uso de dicho radar para las operaciones de vigilancia y control en lo que concierne a la defensa aérea”.
El viernes a la noche entrevisté sobre el tema al presidente de DINAC, Félix Kanazawa, quien me confirmó que el último reporte técnico que recibió le fue remitido el año pasado, es decir, que no tiene un informe frecuente y periódico sobre el funcionamiento del radar. Si la Fuerza Aérea tiene un informe frecuente y periódico sobre el tema, no lo dio a conocer públicamente.
Esta información debería ser remitida en forma frecuente y periódica a las comisiones de Defensa de ambas cámaras del Congreso que, hasta donde tengo información, tampoco la tienen.
Necesitamos tres radares primarios por lo menos y se compró sólo uno, más pequeño que el requerido y, según la Contraloría, a ese uno no le realizan los mantenimientos necesarios y lo dejaron caer.
El resultado práctico es que los narcoaviones pueden seguir usando nuestro espacio aéreo a placer.
No creo que esto sea accidente, ni creo que sea negligencia. Creo que es un plan a satisfacción del narcotráfico.