Tips para padres de adolescentes (2)

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7. ESCUCHE MÁS QUE DAR SERMONES

Debemos aprender a escuchar a nuestros hijos, conteniéndonos del hábito de aconsejarlos frente a cada planteo desde la arrogante creencia de que somos la voz de la experiencia. No debemos caer en dar sermones y escucharlos más: la información que obtenemos nos brinda la oportunidad de conocer a nuestros hijos y el saber de ellos suele ser un buen colaborador para entender cuáles son sus problemas, sus inquietudes, su forma de sentir y pensar, y esto nos favorece como padres para saber cómo debemos acercarnos.

Constituirnos en guía, pero sin presionar ni obligar a que se haga nuestra voluntad, es la fórmula adecuada para escuchar a nuestros hijos, ofreciéndoles parámetros a partir de los cuales puedan elegir libremente. Escuchamos, proponemos y ellos decidirán qué hacer. Ah!, y algo muy importante: un diálogo es horizontal y afectivo. Hay que evitar el interrogatorio policíaco como si su hijo prestara una declaración a la autoridad.

8. HÁBLELES CON LA VERDAD

Es la posibilidad de llegar al corazón de nuestros hijos. Sin mentiras, sin inventos y sin manipular las versiones. Mostrándoles francamente quienes somos. Hablarles con la verdad es comunicar desde el amor.

No debemos inventarles un mundo, ni crearles falsas expectativas. A veces los contextos sociales, la vida fuera de casa no es como en casa, más aún cuando hemos intentado darles una vida cómoda en donde las necesidades han sido cubiertas.

9. HABLE SOBRE LA SEXUALIDAD

Ya hemos señalado la importancia de generar espacios de intimidad con nuestros hijos, para hablar diferentes temas, informar e informarnos. Uno de los temas centrales que se cuecen en el mundo adolescente, es la sexualidad. La urgencia hormonal lleva a que los niños sean consumidores de sexo de múltiples formas, más allá que se encuentran súper estimulados por cantidad de imágenes en Internet, TV, revistas, etc.

El sexo deberá tratarse sin tapujos ni represiones intentando responder de manera clara todas las dudas de nuestros hijos. Generar estrategias de prevención frente a sitios donde los chicos pueden encontrar información errónea acerca del sexo y de la sexualidad, por ejemplo sitios de pornografía. Promoverles el uso de condón en las relaciones sexuales y que las niñas asistan al ginecólogo para allanar sus dudas y realizar los controles correspondientes.

10. RECUERDE SU PROPIA ADOLESCENCIA

Recordar la propia adolescencia es traer a la memoria como nos sentíamos en la adolescencia, nuestros sueños, nuestra confusión, qué deseábamos, cuáles eran nuestras necesidades. De esta manera, se puede empatizar más profundamente con su hijo adolescente. Y desde esa empatía es más fácil llegar a conectarse entre ellos y dialogar de corazón a corazón.

Muchas veces los padres nos olvidamos aquel período de incertidumbre que vivimos en nuestra adolescencia. Es entonces cuando hablamos como adultos responsables intentando imponer ciertos consejos de lo que se debe hacer. La comprensión de la etapa que viven nuestros hijos no significa volvernos permisivos, sino contemplar hasta donde ellos pueden hacer de lo que le sugerimos en nuestra orientación.

11. ACLARAR LAS DUDAS SIN PREJUICIOS

Como padres debemos estar dispuestos a que no pregunten y para esto debemos generar un clima de intimidad y empatía. Se deben evacuar todas las dudas, aclararlas, ya que es una etapa de mucha curiosidad. Sin enojos y sin juicios ni prejuicios, un diálogo franco que aliente a la apertura de los interrogantes. Que nos constituyamos en una opción para que nuestros hijos nos busquen y no piensen que los vamos a censurar.

12. ALENTAR PROYECTOS DE VIDA

Acompañándolos en el descubrimiento de gustos, habilidades, proyectos en los que se sientan capaces de desarrollarse y disfrutar. Estimularlos a hacer actividades por ellos mismos desde la creencia en que ellos pueden, son capaces y van a lograr lo que se propongan. Alentarlos a explorar y hacer aquello que les gusta y apasione.

13. NUESTROS HIJOS NO SON INTELIGENTES PORQUE SABEN MATEMÁTICAS

Recordemos que hay siete tipos de inteligencias y no solamente existe la inteligencia que exaltan los colegios, la matemática. Las inteligencias son un sinónimo de habilidades y si nuestros hijos tienen predilección por el arte, la pintura, la música, o si son sabios emocionalmente, tenemos la obligación de hacerlos brillar. Esto no implica que no cumplan con sus tareas escolares y continúen con el proceso de la educación formal.

14. VALORARLOS Y ESTIMULARLE LA AUTOESTIMA

Reconocerlos y valorar las cualidades y habilidades de nuestros hijos, aún si se equivocan, marcando el error, pero alentándolos a seguir. Las expresiones del tipo: ¡Lleva abrigo hace frío!; ¡Esa chica no es para vos, te va a arruinar la vida!; ¡No tomes ese empleo, no es necesario, te pagan poco!, nunca ayudan, sino que estas expresiones paralizan y crean miedos. Es muy importante aprender a motivar a nuestros hijos a moverse seguros, que sientan saber qué hacer y cómo hacerlo.

No desaproveche cualquier oportunidad en que el comportamiento de su hijo merezca ser felicitado y ….felicítelo. Estimular su autoestima es sinónimo de seguridad y afrontar las situaciones confiando en sí mismo. No solo se trata de decirle valórate, sino también que nosotros como padres en nuestra vida nos valoramos y creemos en nosotros. Los padres somos un gran espejo donde nuestros hijos se miran.

15. EXIGENCIA PRODUCTIVA VS HIPEREXIGENCIA DESTRUCTIVA

Como papás y mamás debemos bajar el nivel de ansiedad de rendimiento de nuestros hijos. Qué es lo que ellos hacen y qué es lo que deberían haber hecho. No olvidemos que ellos se encuentran en pleno ensayo y error, como forma de aprendizaje de vida.

La exigencia es estimulante y productiva, mientras que la hiperexigencia es restrictiva y no valorizante. Por ejemplo, nuestra hija sacó 7 en la prueba de ciencias naturales: padres exigentes dicen muy bien!!, seguí esforzándote, mientras que padres hiperexigentes expresan qué lástima… qué te pasó que no llegaste al diez, te faltaron solo 3 puntos. Pensemos, si no existe la paternidad perfecta, porque exigir la perfección en nuestros hijos.

Debemos mostrarles la importancia de la exigencia personal en su accionar, para convertirse luego en personas competentes capaces de desempeñarse en una sociedad cada vez más competitiva.

16. EJERCER AUTORIDAD NO AUTORITARISMO

El ejercicio de ser padres implica encontrarnos en una asimetría relacional por arriba. Es el lugar de la enseñanza, de la guía, de la experiencia, de la escucha, de la valoración y rectificación, pero por sobre todo del afecto. Es una autoridad afectiva. Los padres no somos amigos, somos padres. Podremos ser más horizontales, más cercanos, pero no debemos perder la asimetría de la autoridad. Nuestros hijos no deben confundirse.

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