Proteger la salud del planeta

El 5 de junio pasado recordamos el día mundial del medio ambiente. Este 2022 el lema es: “Una sola tierra”. Se celebran además, 50 años de la primera gran conferencia sobre el tema realizada en Suecia en 1972 y que se denominó la cumbre de Estocolmo. A partir de entonces la ecología, el ecosistema, la madre tierra, el planeta, la naturaleza y todas sus implicancias, son notas todos los días en educación y medios masivos.

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Es que proteger la salud del planeta es proteger nuestra propia salud. El oxígeno que respiramos, el agua que tomamos, los alimentos que consumimos, los árboles que plantamos, las basuras que no tratamos, los lagos que contaminamos, los venenos que utilizamos y los animales que matamos, son solo algunos puntos que se relacionan con el ambiente. Hay muchísimos más.

En los últimos años, el deterioro de la capa de ozono, ha sido una gran preocupación. El uso y emisión de sustancias nocivas ha dañado el ozono en la estratósfera, lo cual permite el ingreso de un mayor nivel de radiación ultravioleta hasta la superficie de la tierra. Esto, obviamente causa efectos adversos en la salud de las personas. Nos han impuesto horarios adecuados para tomar baños de sol, por ejemplo, ya que rayos ultravioletas pueden producir cáncer de piel y otras enfermedades. Se legisló al respecto para que las industrias disminuyan la liberación de cloro y bromo lo cual destruye el ozono. A pesar de todo, la situación sigue vigente.

La deforestación masiva es otro grave problema. Millones de hectáreas con añejos bosques que son derribados en muchas partes del mundo. Esto termina con la flora y la fauna. Con hierbas medicinales que usaban nuestros ancestros y los mosquitos emigran a las ciudades, como el aedes que transmite el dengue. Y algo peor, los hermanos nativos que viven en esos sitios se ven obligados a abandonar su lugar de origen y su cultura. Los estudios demuestran que lluvias intensas, sequías interminables, incendios, terremotos, maremotos, tsunamis y volcanes, son productos de la destrucción de La naturaleza. Inclusive las pandemias vienen por el gran desequilibrio y la desesperación de la madre tierra.

Entonces, es hora de replantearnos todo de nuevo si queremos un planeta más saludable. Alguna lección tenemos que aprender de las pandemias, las guerras, los desastres ecológicos. Cada uno de nosotros debe tomar consciencia y acción aportando su grano de arena. Plantemos árboles, limpiemos los arroyos, reciclemos las basuras y hagamos nuestras huertas ecológicas. Denunciemos a las industrias que tiran sus desechos a los ríos y obliguemos a cumplir las leyes de protección al ambiente. La codicia y poder del dinero han causado estragos en ese aspecto.

Cuando la salud del planeta se ve afectada, todos sufrimos las consecuencias. Los alimentos no se pueden consumir por culpa de los venenos. El agua no se puede tomar por estar contaminada. No se puede respirar porque el oxigeno no es limpio. Y así sucesivamente. En el universo hay miles de galaxias y estrellas. Pero nuestra tierra es única e irreemplazable. La tenemos que cuidar como nuestra vida misma. Con amor, atención y respeto. Todas las acciones bellas y positivas que realicemos por su salud es por nuestro propio bienestar y del entorno. Vale la pena.

blila.gayoso@hotmail.com

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